Esto no solo afecta la moral del equipo, sino que también puede reducir significativamente la calidad del trabajo final, tal y como señalan en HBR.
La importancia de reconocer el trabajo bien hecho
Los expertos destacan que la capacidad de un líder para identificar y resaltar las contribuciones individuales, especialmente de aquellos que trabajan entre bambalinas, puede marcar la diferencia en el éxito organizacional. Un estudio de Globoforce indica que, dentro de los roles de un equipo de trabajo, los empleados que disfrutan de un reconocimiento continuado muestran una implicación hasta ocho veces mayor.
Este reconocimiento, aseguran los analistas, crea un entorno de trabajo positivo, donde cada individuo siente que su aporte es valorado. De hecho, el 66 % de las personas que forman parte de equipos con altos niveles de reconocimiento afirman que confían en el resto de los miembros, lo que redunda en un mejor ambiente laboral. Y, según Delloitte, la productividad de una empresa mejora hasta un 31 % cuando sus empleados están contentos.
El éxito de cualquier organización no reside únicamente en las manos de quienes están al frente. Es el resultado de la rica diversidad de talentos y esfuerzos que cada miembro del equipo aporta.
La colaboración y el apoyo mutuo son la esencia que fortalece al grupo, permitiendo que se alcancen metas que, de otra manera, serían inalcanzables. ¿O acaso crees que Armstrong habría sido capaz de poner un pie en la luna si hubiese viajado él solo al espacio? Sin el trabajo conjunto de científicos, ingenieros y otros astronautas, ese histórico evento no habría sido posible. Así, cada rol de equipo, aunque a veces pase desapercibido, es fundamental para el éxito colectivo.