Los idiomas forman parte de la cultura de cualquier país. Tienen historias en libros, películas y series de culto. Tienen una tradición, un recorrido de miles de años en los cuales se han perfeccionado, han surgido nuevos términos y se han dejado otros por el desuso. Aprender idiomas es aprender otro estilo de vida y, por lo tanto, otra forma de ver el mundo, incluido el profesional.
Un análisis reciente determinó que saber idiomas aumenta un 37% las posibilidades de conseguir un determinado empleo. Pero las cifras van más allá: la cuarta parte de las ofertas de empleo actuales requieren algún segundo idioma, siendo el inglés el más solicitado, junto a francés, alemán, chino y árabe. Y un 80% de los puestos de rango medio y directivo deben tener un nivel alto de un segundo idioma. El mercado laboral se vuelve cada vez más internacional, y esto requiere hablar, pensar y entender otros idiomas aparte del nativo.
Las empresas más innovadoras fomentan dos características que se relacionan estrechamente con el idioma: la movilidad geográfica internacional y la formación continua en el puesto de trabajo. La segunda consiste en profesores particulares (o incluso grupales, fomentando el trabajo en equipo) mientras que la primera es un efecto directo: si conoces otros idiomas, será fácil que tu carrera profesional ascienda hacia nuevos horizontes.
Aprender idiomas, más fácil que nunca
Trabajar en el extranjero es un dato muy valioso para tu currículum, pero también para una experiencia personal. Viajar, incluso por empleo, es una circunstancia enriquecedora en todos los sentidos. Por eso te dejamos algunos consejos, trucos y lugares donde podrás practicar un segundo, tercer o cuarto idioma hasta dominarlo por completo.
Confía en las academias, confía en los profesores
Ya han demostrado su eficacia a la hora de preparar a personas para exámenes oficiales. Pero el concepto de academia de idiomas ha evolucionado en la actualidad, encontrando diferentes tipos según la necesidad. Algunas se enfocan en la conversación, otras en puestos de trabajo de nivel más técnico, e incluso hay algunas con metodologías que, aunque parezcan hechas para niños (juegos, canciones, etc.), son muy convenientes para aprender idiomas siendo adulto.
Al final, las academias están repletas de profesionales de la educación. ¿En qué se traduce esto? En un programa a seguir, con unos objetivos definidos y un grupo de personas con las mismas ganas e interés que tú a la hora de aprender. Además, está opción, como la que os vamos a mencionar a continuación, a veces son fomentadas por las propias empresas, por lo que se suelen organizar grupos dentro de tu entorno profesional.
Otra opción similar a las academias es contar con la ayuda de un profesor particular. En este caso, el programa de estudios se adapta totalmente a tus necesidades profesionales, y también a tus horarios para que no coincidan con tu jornada diaria. La verdad es que ambas opciones, academia y profesor, nos parecen igual de válidas para aprender una nueva forma de comunicarnos.
Aprender idiomas con una taza de café
Si lo que te apetece es conversar con nativos de la lengua que quieras sin moverte de tu ciudad para aprender idiomas, debes conocer los locales de intercambio de idiomas. En las principales ciudades del país hay muchas cafeterías o bares que facilitan este servicio. Y hay una gran variedad de formas de conversar. Puedes elegir sentarte en un grupo y realizar alguna tertulia, puedes elegir escuchar una conferencia o un monólogo si aún no te sientes preparado para soltarte, o puedes iniciar una conversación con otra persona.
En este último caso, se suele acordar un tiempo predeterminado y la mitad hablareis en tu lengua natal, mientras que la otra mitad en la suya, la que te interesa aprender. Una buena forma no solo de ampliar nuestro circulo social, sino de coger soltura (y oído) en el inglés más coloquial, aquel que necesitarás si has decidido practicar la movilidad internacional. Y quién sabe, quizás hagas algún contacto útil para tu camino profesional.
Aprendiendo por nuestra cuenta
La digitalización también ha fomentado el aprendizaje de lenguas distintas a la nativa. Y sí, estamos hablando de aplicaciones y páginas web que podemos llevar en nuestro móvil para practicar en los ratos muertos, como el transporte público, esperando en una cola o cinco minutos antes de acostarnos. Actualmente, la variedad es tan grande que incluye todos los aspectos del aprendizaje de idiomas. Vocabulario, conversaciones en streaming, escucha, uso del idioma más técnico y aplicable a nuestro empleo… aprendizaje a un clic, y, aunque muchas aplicaciones y webs son gratuitas, las de pago no son demasiado costosas para todo el potencial que guardan.
También es importante, si hemos decidido mejorar un idioma solos, ver las películas y las series en versión original. A poder ser, y si tenemos un nivel de comprensión alto, con subtítulos en el idioma original. Ganarás soltura, vocabulario y, dicho de un modo popular, “entrenarás el oído”. Otra opción, más clásica pero igual de útil para el aprendizaje de idiomas, es fomentarnos la lectura en el idioma que queramos aprender. Puedes empezar con libros sencillos, pero seguro que acabas con sagas enteras de novelas.
¿Qué es lo mejor para aprender un segundo idioma?
La respuesta es simple, viajar. Si viajamos a un país cuyo primer idioma sea el que hemos escogido, no solo estaremos obligados a practicarlo 24/7, sino también nos empaparemos de su cultura, sus hábitos, sus horarios… un requisito indispensable si hemos pensado en desarrollar nuestro camino profesional en el extranjero.
Hay muchas opciones de viaje, puedes ir por ocio, apuntarte a una academia de allí con profesores nativos, estar más tiempo trabajando de cara al público… Todas las alternativas son válidas para mejorar nuestra forma de comunicarnos en otra lengua. La clave, al igual que de todo lo anterior, es la constancia. Solo seremos capaces de desenvolvernos en un segundo idioma si nos comprometemos a dedicar el tiempo necesario. Así tu futuro profesional será bilingüe.
Fuentes: Forbes, ElPaís, EsMadrid, Diariodelviajero, Vaughan
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