Habilidades como la comunicación, la organización, el dominio del entorno digital, la creatividad o la capacidad de análisis son las que se ajustan a los perfiles más demandados por las compañías y las que también debemos poner en práctica durante el período de búsqueda de trabajo.
Pasos a seguir
La mejor opción para que la búsqueda de empleo llegue a buen puerto es establecer una hoja de ruta a la que ceñirse.
En primer lugar, es básico definir nuestros objetivos, tanto los personales como los profesionales: ¿Qué sé hacer?, ¿Qué me gusta hacer?, ¿En qué quiero trabajar?, ¿Qué debo aprender o mejorar? Dar una respuesta meditada a estos interrogantes nos permitirá centrar la búsqueda.
Identificados los objetivos, deberemos establecer planes de acción para fortalecer aquellos en los que necesitemos avanzar.
A continuación, es recomendable crear una agenda de trabajo, establecer una rutina que nos ayude a alcanzar el objetivo y a organizar nuestro tiempo de la misma manera que cuando tenemos un empleo remunerado: un espacio adecuado, un horario de trabajo estipulado con los descansos convenientes… Un compromiso con nosotros mismos, en definitiva.
En la próxima entrada seguiremos analizaremos de qué manera se puede organizar la búsqueda de trabajo activa, es decir, cuestiones como el contacto directo con las empresas o el buen uso de las redes sociales, nuestra marca personal.