En la era globalizada del siglo XXI, Internet nos brinda infinitas oportunidades. Una de ellas, es la de tener una segunda identidad, la llamada identidad digital. Mucho se ha hablado de ella, pero, ¿qué es exactamente?
La identidad digital es la suma de toda la información relativa a un individuo en la red. Esto es, sus datos personales, imágenes, registros, noticias, comentarios, blogs, y en definitiva todo aquello que conforma una descripción de una persona en el plano digital.
Las ventajas por tanto de la identidad digital pasan por que ésta es esencialmente social, referencial, compuesta no solo por nosotros sino también por las aportaciones de terceros, es dinámica ya que está en permanente cambio y sobre todo es valiosa, ya que es utilizada para establecer relaciones personalizadas y tomar decisiones en relación a las personas con un mayor grado de confianza.
Las tecnologías sociales al permitirnos explotar nuestro perfil personal y profesional presentándolo al mundo a través de la red, nos brindan y facilitan la oportunidad de “reinventarnos”, de redirigir nuestros esfuerzos (en el caso que nos compete profesionales) hasta nuestras áreas de interés más específicas. Por este motivo, cada vez toma más fuerza la idea de identidad digital como algo estratégico, donde tanto ella como nuestra reputación es, mucho más que una opción, una gran responsabilidad.
El objetivo de la gestión de tu propia identidad digital es maximizar su valor, siendo la mayor ventaja de su gestión responsable, la generación de una diferenciación frente al resto de identidades digitales de un grupo o segmento concreto. En definitiva, una buena gestión de nuestra identidad digital nos permite distinguirnos y sobresalir sobre los demás.
Departamento de RRHH de ACCIONA S. A.