¿Especialista o generalista? ¿Qué es mejor para nosotros? ¿Somos más atractivos para el mercado sabiendo “un poco de todo” o como profesional especializado? ¿Debo cursar unos nuevos estudios que me den profundidad o amplitud? Todas ellas son preguntas recurrentes que siguen sin tener una respuesta absoluta. Aunque nuevas investigaciones pueden ayudar a arrojar un poco de luz sobre el asunto. Te las contamos.
¿Qué voy a leer en este artículo?
- Profesional especializado vs. profesional generalista
- ¿A qué perfil perjudica más un despido y una dimisión?
- Perfil T, el híbrido que gana enteros
Profesionales especializados vs. profesionales generalistas
La literatura académica presenta teorías y resultados contradictorios relativos a la relación entre especialización y salidas en el mercado laboral.
Por un lado, hay teorías y evidencias científicas que indican que es mejor ser un profesional especializado, ya que es a través de la profundidad de conocimiento en un campo o área cuando se aporta valor y productividad. Hecho que se asocia a una alta calidad de trabajo, junto a una clara identidad laboral.
Los estudiantes de medicina, por ejemplo, parecen estar de acuerdo. Hay una tendencia, muy extendida, en asumir que especializarse es mejor que ser generalista. Según un estudio reciente publicado en BMC Medical Education, los estudiantes de medicina asocian a los médicos especialistas a un mayor salario y al contexto del mundo académico, mientras que relacionan a los médicos generalistas con un menor prestigio y con el entorno de la atención primaria. Para ellos, la amplitud es menos prestigiosa que la profundidad.
Sin embargo, por otro lado hay teorías y evidencias que indican que ser generalista es más positivo en el mercado laboral que ser un profesional especializado. La diversidad de conocimientos y un gran abanico de habilidades se pueden aplicar en muchos entornos laborales, facilitando la comunicación entre distintos actores y áreas de trabajo, que, a su vez, enriquece la red de contactos del generalista, privilegiándolo ante el especialista.
¿A qué perfil perjudica más un despido? ¿Al profesional especializado o al profesional generalista? ¿Y una dimisión?
El libro de David Epstein, Range, un superventas en las librerías explica por qué los generalistas triunfan en un mundo especializado. Según su análisis, la amplitud no es una enemiga, sino una gran aliada, ya que permite al poseedor andar y navegar por muchos campos, aprendiendo de cada uno de ellos. El libro explica, por ejemplo, cómo Roger Federer se benefició de pequeño de practicar muchos deportes distintos antes de entrar en el mundo del tenis.
Otros autores señalan que quizás las contradicciones entre las distintas teorías dependen del contexto o bien se deben a una falta de análisis profundo para interpretarlas. En esta línea, los profesores Byun y Raffiee se propusieron entender qué sucede tanto con los profesionales especialistas como con los generalistas cuando se pierde el trabajo.
Para ello, examinaron una muestra realmente interesante: los empleados del Congreso de Estados Unidos. El Congreso emplea a más de 14.000 personas que trabajan con los 535 congresistas (435 en la Cámara de los Representantes, y 100 en el Senado).
Son empleos altamente competitivos, con personas muy comprometidas que creen en la idea de generar cambios a través de la legislación y que dependen, en buena medida, de la suerte de los congresistas, ya que sus empleos pueden desaparecer si los congresistas no son reelegidos.
Es por esto por lo que los autores tomaron esta muestra de empleados como un experimento “cuasi-natural” para entender las implicaciones laborales del profesional especializado o generalista al quedarse sin trabajo después de unas elecciones. ¿Tenían más dificultad en encontrar un nuevo trabajo los especialistas o los generalistas?
Byun y Raffiee examinaron una muestra de 58.314 observaciones de 27.772 empleados que trabajaron con 1.028 congresistas durante los años 2000 y 2016. Sus resultados revelaron que ante la misma situación (no ser renovados), los empleados especialistas tenían una cierta desventaja en encontrar un nuevo trabajo frente a los empleados generalistas. A su vez, estas desventajas decrecían entre los especialistas cuando el tamaño de la categoría de su especialidad aumentaba. Es decir, los profesionales especializados en categorías de especialización con mucho mercado sufrían menos que los de categorías de especialización más reducidas.
En relación a las ganancias, los generalistas ante la misma situación (dejar el trabajo de manera involuntaria) tenían una ligera ventaja en el salario del nuevo trabajo frente a los especialistas, seguramente explicado por la urgencia de los especialistas de “escoger” un trabajo que no era exactamente el que encajaba mejor con su perfil.
Sin embargo, los investigadores también quisieron comprender qué sucedía si la renuncia en el trabajo era voluntaria. En este caso, los grandes beneficiados eran los especialistas. Mientras parece que cuando el trabajo desaparecía de manera involuntaria, los especialistas sufrían más en términos de búsqueda y de nuevo salario. Cuando el cambio era voluntario, las implicaciones para los profesionales especializados eran más favorables.
El perfil T, un híbrido que gana enteros
No hay una formula clara. Ambas maneras de afrontar una profesión son válidas y necesarias. Sin embargo, hay cierta tendencia a pensar que quizás una posible solución sea el perfil T. ¿Pero qué es un profesional T o un perfil T? El nombre proviene de la disposición gráfica de la letra T, donde la barra horizontal representa la capacidad para trabajar interdisciplinarmente, y la barra vertical la profundidad en un área. Porque justamente eso es un profesional T, – etiquetado también como generalista especializado-: amplitud y profundidad al mismo tiempo.
El profesional T se popularizó en los años 90 ante la necesidad de disponer de gestores híbridos en el campo de la computación donde, por un lado, tuviesen la capacidad de ver el panorama general, pero a la vez seguir siendo profundamente expertos en su área de especialización. Este perfil T también es necesario en el campo científico, donde se requiere gestionar equipos de investigación muy específicos, siendo ambas cualidades vitales.
El profesional T ya no solo se encuentra y se busca en la computación o en la ciencia, sino que se va ampliando a todo tipo de negocios y sectores. Las investigaciones sobre estos nuevos perfiles, son muy preliminares, aunque todo apunta a que su demanda está creciendo, que los beneficios para las organizaciones podrían ser muy significativos, pero que a la vez es necesario apostar por nuevos modelos y paradigmas educativos que premien y faciliten esta nueva forma de entender el desarrollo y el crecimiento profesional.
Fuentes:
- Byun, H., & Raffiee, J. (2023). Career Specialization, Involuntary Worker–Firm Separations, and Employment Outcomes: Why Generalists Outperform Specialists When Their Jobs Are Displaced. Administrative Science Quarterly, 00018392221143762.
- Epstein, D. (2021). Range: Why generalists triumph in a specialized world. Penguin.
- Johnston, D. L. (1978). Scientists become managers-the’T’-shaped man. IEEE Engineering Management Review, 6(3), 67-68.
- Misky, A. T., Shah, R. J., Fung, C. Y., Sam, A. H., Meeran, K., Kingsbury, M., & Salem, V. (2022). Understanding concepts of generalism and specialism amongst medical students at a research-intensive London medical school. BMC Medical Education, 22(1), 1-11.
El profesional generalizado tiene que seguir estudiando. En Vzla, el colegio de ingeniero prepara cursos de mejoramiento profesional ,con idea de que se especialice en algún tema con más detalle.