Cuando la serie Anatomía de Grey incluyó en su elenco a un personaje sordo, la doctora Lauren Riley, enseñó a millones de espectadores al menos dos cosas sobre la inclusión de personas sordas. En primer lugar, subrayó que esta es fundamental para evitar la marginación de cualquier individuo, evitando así que las organizaciones pierdan grandes talentos. En segundo lugar, destacó la relevancia de construir un entorno laboral accesible y acogedor, que disponga de la tecnología adecuada y la formación necesaria para facilitar una comunicación fluida y sencilla entre los empleados.
Hoy exploramos la realidad de las personas sordas o con discapacidad auditiva en un mundo dominado por el lenguaje hablado y cómo podemos cambiar nuestra perspectiva para fomentar una mayor inclusión y diversidad.
¿Qué voy a leer en este artículo?
La inclusión de las personas sordas en una sociedad en la que aumenta la discapacidad auditiva
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Llamadas, audios, vídeos, podcast… Las personas tenemos la necesidad de escuchar y de que nos escuchen. Pero ¿qué ocurre cuando no podemos hacerlo? ¿Qué ocurre con esa necesidad de comunicación de las personas sordas o con alguna discapacidad auditiva? Tenemos interiorizado que lo más normal es que sean ellos quienes aprendan a hablar y utilizar la tecnología adaptativa para poder participar en el mundo social y laboral.
Para quienes no tienen ningún tipo de problema auditivo, es difícil imaginar otra forma de comunicarse que no sea el lenguaje hablado. Sin embargo, la comunicación a través del lenguaje visual es una realidad para millones de personas.
Organización Mundial de la Salud,
más del 5 % de la población mundial (430 millones de personas) padece una pérdida de audición discapacitante. Y se calcula que en 2050 esa cifra superará los 700 millones. Es decir, una de cada diez personas.
“Más del 5 % de la población mundial (430 millones de personas) padece una pérdida de audición discapacitante”.
¿Estamos dispuestos a cambiar nuestra forma de pensar en pos de una mayor inclusión de una décima parte de la humanidad? Utilizar la lengua de signos crea dinamismo y belleza en nuestro propio idioma y cultura. Una experiencia que, además, se traduce en el desarrollo de capacidades de alto valor en nuestro mundo y nuestros lugares de trabajo.
¿Qué podemos aprender de la inclusión de personas sordas?
“Deaf Gain: Raising the Stakes for Human Diversity” nos invita a poner en duda las nociones convencionales de la sordera. En lugar de considerar la sordera como una pérdida o una discapacidad, los autores H-Dirksen Bauman y Joseph Murray plantean la idea de “Deaf Gain” (ganancia sorda, en español), sugiriendo que ser sordo puede ofrecer beneficios únicos y valiosos.
El libro busca revocar la idea central de que ser sordo es una desventaja y defiende que esta condición ayuda a desarrollar ciertas habilidades. De esta manera, el texto enfatiza la sordera no como una discapacidad, sino como un beneficio y un aspecto vital de la diversidad humana.
Los autores exploran cómo las personas sordas pueden experimentar el mundo de maneras que los oyentes no pueden, proporcionando una riqueza de perspectivas que a menudo se pasan por alto. Una de las principales ventajas está relacionada con la mejora de la comunicación.
Vivir en una sociedad donde predomina el lenguaje hablado requiere que las personas sordas perfeccionen constantemente sus habilidades de comunicación y se adapten a entornos cambiantes. No es lo mismo entender una charla de un solo individuo o un debate a dos que tratar de seguir una discusión de cinco personas donde todo el mundo se pisa al hablar.
La presencia de una persona sorda puede promover que las personas oyentes ajusten la cadencia de la conversación, lo que puede resultar ventajoso para todos. Cuando el grupo reduce la velocidad y se respetan los turnos de palabra, la comunicación se vuelve más clara y eficaz.
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