“Ahí estaba atendiendo a la gente, a dónde están viajando…”, nos dice Evelyn, y añade: “Algunos pasan [por las filas] de a uno, otros de tres y de cuatro”. “Yo atiendo a la gente, dónde van… Hago de asistente a pasajeros”, le secunda Danny. “Llevar a una señora con la silla de ruedas que no puede… Viajan a Lima, a Colombia, a Argentina…”, especifica su compañera.
Y así van desgranando sus tareas iniciales, distribuyendo pasajeros en las diversas filas y dando las explicaciones necesarias acerca las puertas de embarque de cada vuelo y destino. Y hablan de pasajeros amables, pero también de algunos “enojados”. En resumidas cuentas, el mundo real, con situaciones de estrés y retos cotidianos.
“Yo atiendo a la gente, dónde van… Hago de asistente a pasajeros” (Danny)
“A la Scarlett yo la quiero mucho”, comenta Evelyn cuando habla de una de sus responsables de planificación, encargada de prepararles las planillas con los datos de los vuelos. Trabajar con la diferencia exige encontrar nuevos caminos para alcanzar la misma meta. Un ejemplo es el enfoque que adoptaron para que Danny llevase a cabo sus funciones a pesar de que no sepa leer. “Teníamos que adecuar una planilla para los vuelos que teníamos, pero visualmente hablando. O sea, un avión iba a Calama y le explicábamos qué era Calama. Entonces, cuando alguien le decía que iba a Calama, él miraba su plantilla y decía: ‘A las 3:15’”, apunta Víctor. Y así, por medio de dibujos representativos de la ciudad destino de los pasajeros, Danny pudo cumplir con su trabajo diario.
El comienzo de todo
Antes de seguir, una mirada retrospectiva. Tanto Evelyn como Danny se criaron en familias afectuosas y con la costumbre de ayudar en casa. “Yo con mami bien, la quiero mucho… En casa yo soy buena para barrer, para doblar ropa. Cocinar, no”, matiza Evelyn, que se crio en el barrio de Maipú, aunque también viaja a menudo a Chillán, donde tienen una casa en el campo, “a ver a algunas de mis tías. Vamos caminando, mirando cosas…”. “Yo a barrer no, me cansa barrer; hago la cama, seco la loza, pongo la mesa para el almuerzo, los servicios, las cucharas, tenedores, cuchillos… Y me gusta la música, me encanta bailar”, añade Danny. “Parece que lo de bailar te lo pegó Evelyn”, apunta Víctor.