Al poco tiempo aquel superior volvió a su Jordania natal por motivos familiares e Ismael tuvo la oportunidad de asumir más responsabilidades y de sentir que confiaban en él: “Obviamente, estaban mis dos jefes; no quiere decir que me dejasen solo ni muchísimo menos, pero sí que fue un impacto porque cosas del día a día las tenía que llevar yo con tres meses de experiencia y aprendí muchísimo porque tenía las bases que me había explicado esa persona”.
Ese tiempo coincidió con uno de los grandes hitos de ACCIONA en EE. UU.: “En ese momento terminamos la primera megabatería del país, la primera de ACCIONA, que es la de Cunningham. Estuve presente en las pruebas de servicios auxiliares cuando alcanzamos operación comercial”.
También presenció la puesta en marcha de la mayor planta fotovoltaica de ACCIONA en el mundo: Red Tailed Hawk, en Texas. “Fue una experiencia increíble. Tuve la oportunidad de estar presencialmente cuando energizamos la subestación”, relata con un entusiasmo contagioso. Y habla del impacto de ver a los trabajadores sobre el terreno cada día, de madrugada: “Fue muy inspirador estar rodeado de, no sé, cuatrocientas personas trabajando, instaladores de módulos; muchos de ellos gente humilde que había llegado a EE. UU. con ganas de buscarse la vida. […] Me marcó mucho. Me enseñó el impacto real que tenemos como empresa”.
“Fue muy inspirador estar rodeado de, no sé, cuatrocientas personas trabajando; gente que había llegado en su momento con ganas de buscarse la vida. […] Me enseñó el impacto real que tenemos como empresa”
Ismael enlaza una historia tras otra. Habla de su trabajo en ACCIONA como si llevara años y en realidad han sido apenas doce meses, pero exprimidos al máximo, eso sí. ¿Siente entonces que le han dado autonomía? “Totalmente, el primer día cuando entré, mi jefe me lo dijo: ‘Este es un puesto que requiere que tengas mucha iniciativa, que seas muy proactivo, porque es la realidad en muchos proyectos. Nadie espera que lo sepas todo porque eres nuevo, pero queremos que aquí todos los del equipo lideréis porque son vuestros proyectos’”.
Eso significa moverse con celeridad a diario para agilizar los numerosos trámites, tirando de correos, llamadas de teléfono y, a veces, de mucho ingenio. “Ayer justo me contaban de un compañero de trabajo de mi equipo que trabaja en Canadá que sabía que la persona que tenía que darle a un botón, por así decirlo, era vecina suya. Se enteró y entonces, cuando la vio paseando al perro, sacó también el suyo para poder hablar con ella”, cuenta entre risas.
“Mi forma de devolver ese agradecimiento es trabajar y dar lo mejor de mí cada día”
Y lo resume con estas palabras: “Siempre me han dejado hacer, pero con esa sensación de seguridad de tener a alguien detrás […]. Para formarte cuando acabas de entrar en una empresa eso es increíble porque te dan responsabilidades, pero sin miedo; puedes hacer todo lo que de verdad pienses y lo que creas que es mejor porque tienes esa esa red de apoyo”.
¿Cuál sería su balance final? “Para mí está siendo una oportunidad única y estoy super agradecido a la empresa y al equipo que me contrató de que me diera esa oportunidad porque sé que no es fácil también con gente tan joven. En una compañía como ACCIONA tienes que darlo todo porque son empresas que están en la punta, son empresas de alto rendimiento, de excelencia […]. Mi forma de devolver ese agradecimiento es trabajar y dar lo mejor de mí cada día”.
Un referente vital
La entrevista sigue su curso, y hablamos de sus ganas de seguir formándose, de su afición al baloncesto y al deporte como aglutinador social, de sus planes de futuro –conocer otros países como Australia y volver algún día a su país–; en definitiva, de toda una vida por delante. Es difícil no dejarse cosas en el tintero, pero llega el momento de concluir.
A lo largo la conversación han ido asomando palabras como “pasión”, “visión”, “rigor”, “excelencia” o “responsabilidad”, pero Ismael también ha dado a entender otro término de gran importancia para él en muchas de sus reflexiones: la gratitud.
Cuando le preguntamos por sus referentes vitales vuelve a echar mano de ese sentimiento: “Sin duda, diría que la persona que más me ha marcado fue mi abuelo. Por su capacidad para seguir aprendiendo, de mantener la curiosidad y convivir con gente muy distinta”. Y hace una pausa: “Él falleció de forma imprevista hace dos años, justo antes de venirme, y el último regalo que me hizo fue pagarme el año aquí en Estados Unidos. Y para mí eso también es increíble, porque todo lo que estoy viviendo hoy aquí es gracias a él”.
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