Hay días en los que un comentario negativo puede destacar más que el resto. Aunque hayamos recibido varias muestras de reconocimiento, nuestra atención suele centrarse en aquello que no resultó como esperábamos o en los aspectos que podrían haberse desarrollado de otra manera..
Esta inclinación a centrarnos en lo negativo no es casual: desde una perspectiva evolutiva, lo que supone una amenaza capta más rápido nuestra atención porque, durante milenios, de ello dependía nuestra supervivencia.
Sin embargo, esta tendencia puede jugarnos malas pasadas en contextos como el profesional, donde el equilibrio emocional y la capacidad de mantener una actitud positiva en el trabajo resultan claves no solo para nuestro bienestar, sino también para nuestra manera de relacionarnos, tomar decisiones y contribuir al equipo.
Lo que muchas veces pasamos por alto es que esa actitud también se puede entrenar. Y que, a veces, los mayores cambios empiezan con un gesto tan simple como pararse a pensar en tres cosas buenas que nos han ocurrido a lo largo del día.
¿Qué voy a leer en este artículo?
- Una actitud positiva en el trabajo empieza con una mirada diferente
- El experimento de las 3 cosas buenas
- ¿Funciona igual para todos?
Una actitud positiva en el trabajo empieza con una mirada diferente
Esta tendencia natural a fijarnos en lo que va mal también influye en nuestra actitud positiva en el trabajo. Aunque algo haya salido bien durante el día, es fácil que lo olvidemos frente a un malentendido o una evaluación negativa que resuena con más fuerza. Y, sin embargo, está demostrado que entrenar la mente para reconocer lo bueno —por pequeño que sea— puede marcar una diferencia importante en cómo nos sentimos y cómo actuamos en nuestro entorno laboral.
El lugar de trabajo, como parte de la vida, no es una excepción.

Es relativamente sencillo ir a dormir pensando en “lo malo” que ha ocurrido en el trabajo: una reunión que no ha ido del todo bien, un comentario que no hemos encajado del todo, un correo con un tono que consideramos demasiado duro.
La psicología se ha ocupado tradicionalmente de entender cómo los factores negativos perjudican el bienestar de una persona. Sin embargo, desde hace un par de décadas, ha habido un auge de la psicología positiva, que quiere comprender qué factores afectan positivamente la vida y el bienestar de una persona, fuera y dentro del trabajo.
“Entrenar la mente para reconocer lo bueno —por pequeño que sea— puede marcar una diferencia importante en cómo nos sentimos y cómo actuamos en nuestro entorno laboral”.
El sencillo ejercicio de las 3 cosas buenas
Sorprendentemente, una tarea tan aparentemente sencilla como reflexionar al final del día sobre tres cosas buenas que nos han pasado puede traer consecuencias muy agradables.
Si se mantiene con disciplina, se convertirá en un hábito que puede modificar nuestra actitud vital y fomentar una actitud positiva en el trabajo. Reflexionar sobre lo bueno que nos ha ocurrido ayuda a cultivar una mirada apreciativa y agradecida hacia la vida.
Un grupo de investigadores liderado por la profesora Xiaoxiao Hu de la Universidad de West Virginia quiso comprender el impacto de este tipo de práctica.
Durante siete días, 74 taxistas del sur de China participaron en un experimento: a la mitad se les pidió que escribieran tres cosas buenas que les habían sucedido durante su jornada laboral. El objetivo era contrarrestar la tendencia a enfocarse en lo negativo y fomentar una actitud positiva en el trabajo desde lo cotidiano.
Los autores, basándose en la teoría de eventos afectivos, observaron que quienes realizaron el ejercicio mostraron una mejora en su bienestar, un incremento de comportamientos que van más allá de su rol y una reducción en el incumplimiento de normas.
Una actitud positiva en el trabajo, por tanto, no es solo una cuestión de actitud personal, sino una palanca de transformación organizacional, con beneficios tanto para el individuo como para la empresa.
¿Funciona igual para todos?
El estudio también quiso saber si el ejercicio tenía el mismo impacto en empleados con diferentes tipos de motivación. Descubrieron que aquellos con una motivación enfocada en el logro y el progreso se beneficiaban más.
En ellos, una actitud positiva en el trabajo potenciaba no solo su bienestar, sino su rendimiento y compromiso.
Ayudar a pensar en positivo genera una nueva sensación de bienestar, que se transforma en nuevos comportamientos en el lugar de trabajo.
Por eso es importante que todos los actores que participan en el sistema laboral implementen iniciativas como las 3 cosas buenas al día, que ayudan a reforzar una actitud positiva en el trabajo de forma sostenida. Al valorar lo positivo, no solo nos sentimos mejor, sino que también contribuimos a entornos laborales más sostenibles, humanos y productivos.
Fuentes:
- Baumeister, R. F., Bratslavsky, E., Finkenauer, C., & Vohs, K. D. (2001). Bad is stronger than good. Review of general psychology, 5(4), 323-370.
- Seligman, M. E., Steen, T. A., Park, N., & Peterson, C. (2005). Positive psychology progress: empirical validation of interventions. American psychologist, 60(5), 410.
- Hu, X., Zhan, Y., Kim, S. K. I., Jimenez, W. P., & Yao, X. (2025). Don’t leave the good things in the rearview! A field experiment examining the influence of a positive work reflection intervention on taxi drivers’ work behaviors. Journal of Vocational Behavior, 156, 104069.
- Weiss, H. M., & Cropanzano, R. (1996). Affective events theory. Research in organizational behavior, 18(1), 1-74.