En 1904 Alfred Binet y Theodore Simon elaboraron el primer test de inteligencia. La aplicación de este test daba como resultado un número que se obtenía dividiendo la edad mental por la  edad cronológica, multiplicando el resultado por 100. A este número se le llamó Cociente Intelectual (CI). Desde entonces se han ido desarrollando innumerables test que arrojan puntuaciones de CI utilizadas en muchas áreas como elemento predictivo de rendimiento escolar y rendimiento laboral.

Sin embargo, Howard Gardner, galardonado recientemente con el Premio Príncipe de Asturias, sostiene que la inteligencia no es una cantidad que se pueda medir con un número y formula la teoría de las Inteligencias Múltiples: no hay una única inteligencia sino ocho habilidades cognoscitivas. Del mismo modo, la prestigiosa revista Neuron publicó el 20 de diciembre de 2012 un artículo donde se daba a conocer un estudio llevado a cabo por la Universidad Western de Canadá en la que se analizaron los resultados de más de 100.000 participantes, concluyendo que no existe un elemento que cuantifique la inteligencia humana, que ésta es multifactorial.

Considerando que los test de inteligencia evalúan al individuo en un espectro muy estrecho de una serie de materias concretas, dejando de lado otros posibles filtros de análisis, ¿crees que son un vaticinador preciso del nivel de inteligencia del individuo? ¿O por el contrario opinas que carecen de cierta información relevante para determinar el nivel de inteligencia?

Algunos pensadores van más allá y se plantean si dichos test están realmente sesgados por el pensamiento y la cultura occidental. En otras culturas, aspectos como la creatividad y la inteligencia social están altamente valorados. ¿Crees que otro tipo de filtros debieran ser incluidos para predecir el nivel de inteligencia con más precisión?

Ramón Rodríguez Lago
Gerente RRHH ACCIONA