Levantarte temprano te hace ser más productivo, aprovechar más el día y tener más éxito. Lo hemos escuchado constantemente. Los líderes o empresarios que han llegado más alto empiezan su rutina laboral a horas imposibles para muchos. Tim Cook, el CEO de Apple, se levanta a las 3:45 de la mañana y Obama daba comienzo a su día en la Casa Blanca a las 5:00.

Lo cierto es que el tiempo es uno de los recursos más escasos cuando se acumulan las responsabilidades y adelantar la alarma del despertador es una solución para poder ocuparse de todo. Además, durante las primeras horas del día suele haber menos distracciones. Los niños probablemente todavía estén dormidos y, durante esos momentos, se reciben menos mensajes, llamadas o correos electrónicos.

Otro punto a favor de las personas madrugadoras es que, de acuerdo con varios estudios, su rutina laboral está más sincronizada con el horario corporativo tradicional y tienden a tener personalidades más proactivas.

La importancia de la rutina laboral en el equilibrio trabajo-familia

Debemos partir de la siguiente máxima: cuando la jornada laboral comienza temprano, también deberá terminar antes. Si esto no se cumple, el trabajador madrugador estará sacrificando el tiempo y la energía que tiene reservado para su vida personal. Incluso se podría estar privando de horas de sueño, lo que conlleva consecuencias negativas como mal humor, poca concentración, ansiedad, mayor riesgo de enfermedad cardíaca y presión arterial más alta, entre otras cosas.

Al final lo que se pretende es saber cómo funciona nuestro cuerpo y de cuándo tenemos más energía para conseguir los mejores resultados. No se trata de sacrificar tiempo o de dejar de lado otros aspectos de nuestra vida, sino de poder dar lo mejor de nosotros en cada uno de ellos.

Por eso, los expertos sugieren un enfoque que se adapte a los hábitos de todo el equipo para conseguir los mejores resultados. Susan Stehlik, directora del programa de comunicaciones gerenciales de la Universidad de Nueva York, considera que los grupos de trabajo de las empresas deberían utilizar una técnica llamada «investigación apreciativa».

Es decir, se trata de respetar y entender que quien se levanta a las cinco de la mañana para contestar correos antes de llevar a sus hijos al colegio terminará antes su jornada laboral que aquella persona que comience a las nueve y media porque prefiere empezar a trabajar tras dejar a los niños en la guardería.

Contar con líderes de equipo que fomenten esta flexibilidad es esencial. De esa manera, los trabajadores pueden disfrutar de los beneficios de levantarse temprano, pero evitan el agotamiento.

No por mucho madrugar, amanece más temprano. Y tampoco por mucho trasnochar se rinde mucho más. Así que entiende tus ritmos, conoce cuándo tienes más energía y aprovecha esos momentos para dar lo mejor de ti.

Fuentes: BBC, Harvard