Parar y descansar nos ayuda a Este estudio ha observado que cuando más necesitamos descansar y recuperarnos – en momentos de agotamiento extremo – es cuando menos probable es que tomemos medidas para hacerlo. Es lo que se conoce como la paradoja de la recuperación.
Cuando el trabajo se acumula y le faltan horas al día para poder llegar a todo: informes, reuniones, llamadas, propuestas, ventas…, empezamos a rascar minutos de donde sea. En lugar de parar una hora para comer, devoramos un sándwich o cualquier comida rápida frente a la pantalla. Nos perdemos nuestra clase de pádel, yoga o nuestra visita al gimnasio por quedarnos más tiempo sentados frente a la pantalla. E incluso, llegamos a sacrificar horas de sueño para levantarnos antes y adelantar alguna tarea.
“Cuando más necesitamos descansar y recuperarnos – en momentos de agotamiento extremo – es cuando menos probable es que tomemos medidas para hacerlo”.
¿Qué conseguimos con esto? Acumular agotamiento y disminuir nuestro rendimiento. Trabajamos más, pero trabajamos peor.
Para superar esta paradoja, los expertos recomiendan diseñar un plan de recuperación hecho a nuestra medida y ajustado a nuestras preferencias y necesidades. Las profesoras de la Universidad de Lausanne (Suiza), Alyson Meister, Nele Dael y Franciska Krings, y la directora del MBA de la HKU Business School de la Universidad de Hong Kong, Bonnie Hayden Cheng, señalan 5 formas de hacer que la recuperación funcione según los conocimientos basados en la industria y la investigación:
Desconectar para reconectar
Sí, es una frase ultra manida, pero no le falta razón. Llegas a casa, tu mente sigue trabajando, repasando detalles y preocupándose por los plazos. En lugar de relajarte, te encuentras en una espiral constante de sobrecarga de trabajo. Aquí es donde entra en juego la importancia de desconectar mentalmente del trabajo.
Dedicar tiempo cada día a una actividad que no esté relacionada con tu trabajo puede ser una manera de esquivar esa tentación: dedicar una hora a la fotografía de naturaleza, cocinar una nueva receta o simplemente a leer un libro fascinante. Estos cambios de enfoque permiten que la mente se libere del estrés laboral, recuperándose y recargándose para el próximo día.