Esta idea tiene su base en la llamada teoría de escasez que asume que el tiempo, la energía y la atención son finitos y, por lo tanto, si estos se dedican a un rol, se dejan, automáticamente, de dedicar a otros. Con esta perspectiva, se asume que, cuantos menos roles tenga una persona, mejor trabajador será, ya que la mayoría de su tiempo, energía y atención se dedicaran a un único dominio: el trabajo (remunerado).
Arlie Hochschild, una socióloga americana de la Universidad de Berkeley observó que a finales de los 90 un nuevo concepto empezaba a circular por Silicon Valley. Este concepto era el de zero-drag, un concepto físico que hacía referencia a la no fricción de un objetivo con su entorno, una alegoría de ese trabajador ideal contemporáneo. Según esa idea, el trabajador ideal era aquel con un coeficiente cero, con nula fricción con el exterior, es decir, con muy pocas o nulas responsabilidades (fricciones) extralaborales que le despistaran de su trabajo. Esta noción sigue, en cierta manera, sobrevolando en muchas cabezas de directivos, managers intermedios o departamentos de recursos humanos de muchas empresas, y está totalmente alineada con la idea del trabajador unidimensional.
Persona poliédrica: el nuevo trabajador ideal
Sin embargo, recientemente otra perspectiva empieza a retar y desafiar la perspectiva clásica. Se basa en una aproximación expansiva que argumenta justo lo contrario, que la atención, la energía y hasta el tiempo no son finitos, sino expandibles. Es decir, se pueden generar. Además, se pueden transportar de un dominio a otro.
Por ejemplo, una tarea o proyecto bien hecho y reconocido en el lugar de trabajo durante el día puede generar energía extra que se puede dedicar a la familia por la tarde. En otra dirección, una nota de voz de un hijo puede dar energía para finalizar un proyecto. Sucede lo mismo con otros roles, un trabajo de voluntariado en la comunidad puede aumentar la empatía de quien lo realiza, llevando consigo esta experiencia y esta nueva capacidad de comprensión en la relación con sus compañeros de departamento.
Esta aproximación expansiva ha dado lugar a una teoría que ha tenido cierto éxito en el ámbito académico conocida como work-family enrichment, enriquecimiento trabajo y familia. La teoría sugiere que, a diferencia de la visión clásica, un profesional activo y consciente en sus distintas facetas en los diferentes ámbitos de su vida (ya sea trabajo, familia, comunidad u otras), será un mejor trabajador, ya que en cada rol desarrollará habilidades, conocimientos o capitales que le harán crecer en su desempeño laboral. Es la persona poliédrica.