Ya lo dijo Stan Lee: “A todos nos gustaría tener superpoderes, ya que a todos nos gustaría hacer más de lo que podemos hacer”. El creador del universo Marvel -y padre de Spiderman, Pantera Negra o Hulk, entre otros-, es consciente de las dificultades con las que habitualmente se topan sus hijos putativos para compaginar sus trabajos ordinarios con la misión de preservar la paz en el mundo y defender a sus habitantes de villanos de toda condición. ¿Cómo ser un mejor profesional sin tener super velocidad o super fuerza?
Un difícil equilibrio, el de conciliar el trabajo con la vida personal, que cada día tienen que afrontar millones de personas en el mundo. Y que, aunque no llevan capa ni protagonicen ningún cómic, no dejan de ser auténticos héroes y heroínas en sus respectivas historias de superación profesionales y personales. Es el caso de Ana, nombre de la protagonista de esta historia cuya agenda seguro que le resulta familiar a más de un lector.
- Levantarse a las 07.30 para revisar el correo por si el cliente A de Sudamérica ha tenido algún contratiempo y solucionarlo antes de preparar el desayuno de la familia.
- Todo ello espoleando a la hija mayor para que no llegue tarde a la escuela mientras le das una ducha al pequeño y cambias sus sábanas antes de ir con él al médico.
- Parada técnica para dejarlo en casa de los abuelos y acelerar el ritmo camino de la oficina, donde avanzar con el informe que anoche adelantó después de cenar. Para compensar el retraso de esta mañana por la visita al ambulatorio.
- Reunión de equipo para hacer estatus de los diferentes proyectos dedicando la pausa del café para llamar a los abuelos y chequear que todo va bien y que le han dado la medicina al peque.
- Actualizar el planning del evento del cliente B incluyendo sus últimas peticiones con el propósito imperturbable de ser cada día una mejor profesional.
- Receso para comer. Con el comedor cerrado por la pandemia, buscar un banco en un parque cercano para airearse y estirar un poco las piernas antes de la videoconferencia con el cliente A que, con el cambio horario, empieza ahora su jornada.
- Llamada a la pareja para confirmar quién se encarga de llevar a la mayor a clases de inglés y quién se pasa por el supermercado antes de recoger al pequeño de casa de los abuelos.
- De vuelta a casa toca refrescar las ecuaciones para ayudar con los deberes de matemáticas y hacer la cena, mientras la pareja se encarga de los baños y de poner la lavadora.
- ¿Y qué hay de ti, Ana? Con suerte podrás desconectar con algún episodio de vuestra serie favorita o terminar un capítulo de ese libro que ya no recuerdas cuándo empezaste a leer antes de poner la alarma y desesperarte. Porque aún es lunes y la semana no ha hecho más que empezar.
¿Está en los comics la receta de cómo ser un buen profesional?
Cada caso tiene sus peculiaridades, pero por ahí van los tiros, ¿verdad? Ahora reparemos en cómo describió Joe Quesada, editor jefe de Marvel, un día normal en la vida de ese superhéroe para un artículo de New York Times: ” Peter Parker tendría que conseguirle a la tía May su medicina para el corazón, pero también tendría que apresurarse para sacar un rato y reconciliarse con su novia más tarde esa noche, aunque a la salida de la farmacia se toparía con un supervillano que está destrozando la ciudad y poniendo en peligro vidas inocentes”.
Es decir, como dicen quienes mejor los conocen, “los tipos en mallas son como cualquiera de nosotros”. Con la única diferencia de que en la vida real ya no hay cabida para una identidad secreta -como acostumbran a tener los protagonistas de DC cómics (Batman, Superman)- sino que ambas coexisten, como es más habitual en el universo Marvel.
La verdadera tarea es la de prolongar esta dinámica en el tiempo. Dando el callo en casa y siendo cada día un mejor profesional. Sin que ninguna de las dos facetas se vea condicionada por la otra. Un punto extra que los superhéroes de ficción parece que no tienen que afrontar “vista la facilidad que tienen para escaparse de sus responsabilidades laborales cuando el deber superheroico los reclama”.
Así lo apunta Mariajo Arias en su libro ‘Salvando el mundo en pijama’, recalcando que muchos de ellos sufren de “precariedad laboral como Matt Murdock, alias Daredevil, cuyo bufete de abogados apenas subsiste al pasar sus socios más tiempo recuperándose de las heridas que trabajando”. “Aunque el caso más flagrante es el de Spiderman”, quien apenas llega a final de mes repartiendo pizzas y con las fotos que le vende al director de su periódico.
Nada que ver con Oliver Queen, alias Flecha verde, o Bruce Wayne, más conocido como Batman, quienes por todos es sabido que son multimillonarios metidos a superhéroes. Salvo ellos, el resto no lo tienen nada fácil.
Mutaciones en la cultura organizacional
Todo esto en cuanto a una jornada normal. Introduzcamos en la coctelera la variable de las horas extra. Las que requiere el entorno familiar son innegociables. ¿Y las profesionales? Pues parece que también. La encuesta de Indicadores de Calidad de Vida del Instituto Nacional de Estadística revela que las largas jornadas de trabajo son más habituales de lo que se pensaba de forma que, aunque la jornada semanal no puede superar las 40 horas, el 8,3% de españoles trabaja 49 o más a la semana. Una losa que desequilibra la balanza del work life balance.
Por eso hay que aprender de Spiderman. Donde más hay que desplegar los poderes de superhéroe es en las misiones familiares y no en las profesionales. Como recoge Matthew Gutierrez en The Detroit News, “Subir en la escala laboral sin sacrificar el tiempo en familia es un desafío”. Pero merece la pena intentarlo en lugar de “aprenderlo por las malas” como indican las altas tasas de divorcios derivadas de la desatención o el arrepentimiento por no haber estado más cerca de los pequeños porque la vida pasa muy rápido y en seguida empiezan a volar solos.
Y cuantos más superhéroes equilibrados haya en la empresa, “más fácil será que las nuevas incorporaciones se adapten y mejoren esa cultura organizacional optimizando los resultados”.
Cómo ser un mejor profesional dentro de tu equipo de superhéroes
Esta es una idea que comparte Alexander Maasik. “No hay más que mirar a los Vengadores”, concluye. Para este experto en relaciones públicas y autor del blog weekdone.com, lo más interesante de este dream team de superhéroes es “ver cómo personas que están acostumbradas a hacer sus propias cosas, deben unirse, comunicarse y formar un equipo para hacer que las historias más importantes sucedan. Es importante, eso sí, que un líder comunique los objetivos del equipo y de la compañía a los superhéroes”.
Un trabajo organizado permitirá administrar mejor los éxitos para ser un mejor profesional, pero garantizando, a la vez, los descansos. Como resume Maasik “para que los Vengadores sepan hacia dónde deben ir evitando convertirse en villanos”.
Fuentes: Weekdone.com, Detroit News, BBC, New York Times