Algunas empresas impactan sobre el cambio climático y sufren sus consecuencias. Pero también poseen un poder extraordinario para ser parte de la solución. Las organizaciones pueden convertirse en agentes del cambio frente al calentamiento global con medidas internas sin esperar a legislaciones gubernamentales. Y en ese cuidado del bienestar de su sociedad corporativa, de sus empleados, las compañías deben darse cuenta de que, por ende, deben incluir también el cuidado y la sostenibilidad del planeta en el que viven.
¿Qué voy a leer en este artículo?
- Impacto del cambio climático sobre las empresas
- Estrategias para mitigar el cambio climático desde las empresas
El impacto del cambio climático en las empresas y la economía global
La crisis climática es, sin duda, uno de los principales retos estratégicos con los que lidian las organizaciones de todo el mundo para proteger nuestro futuro y el del planeta. Además, afecta directamente a sus infraestructuras e inversiones Se estima que los fenómenos meteorológicos extremos como tormentas, olas de calor e inundaciones supusieron pérdidas económicas de alrededor de medio billón de euros en los últimos 40 años en toda Europa, según un análisis de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).
Pero hay más. La economía global podría perder hasta el 18 % del PIB para 2050 si no se toman medidas para mitigar los impactos del cambio climático, advierte Swiss Re Institute. La aseguradora estima que esta cifra se reducirá al 4 % si se cumplen los objetivos del Acuerdo de París de 2015. Es decir, si se limita el ascenso global de las temperaturas a 1,5ºC.
El sector privado desempeña un papel esencial, especialmente en los ámbitos de la ambición climática, el desarrollo de tecnología de bajas emisiones de carbono y la adaptación al clima.
Un rol que, además, puede ser rentable. Según publica Bloomberg, el mercado de la adaptación al cambio climático podría tener un valor de 2 billones de dólares al año para 2026.
Los Gobiernos de los distintos países ampliarán la legislación a su alcance e irán aumentando su ambición de cara a limitar el ascenso de las temperaturas y promover medidas de mitigación. Pero las empresas pueden -y deben- adelantarse, con planes innovadores y pioneros que consigan mantener un desarrollo económico sostenible al mismo tiempo que protegen el planeta y las personas que viven en él.
“El mercado de la adaptación al cambio climático podría tener un valor de 2 billones de dólares al año para 2026”.
¿Qué pueden hacer las empresas?
Hay dos palabras que pueden relacionar a los líderes empresariales y la crisis climática que enfrentamos: responsabilidad y oportunidad. Muchas organizaciones han sido (y son) una gran fuente de emisiones de carbono en sí mismas. Son parte del problema. Pero pueden convertirse, con voluntad de cambio, en una parte indispensable de la solución.
“Crear una cultura organizacional centrada en las personas conlleva integrar en los valores de la compañía también el cuidado del lugar que habitan”.
Alinear su estrategia con el límite de ascenso de las temperaturas
La reducción de las emisiones de carbono es la forma más eficaz y científicamente sólida de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C. Para lograrlo, durante la COP26 de Glasglow, en 2021, la iniciativa Objetivos basados en la ciencia (SBTi) lanzó el Estándar Net-Zero, la primera evaluación creíble e independiente de la fijación de objetivos de emisiones para las empresas.
La meta es que las empresas alcancen su descarbonización. La mayoría de las empresas requerirán una descarbonización profunda del 90-95 % para alcanzar el Estándar Net-Zero. Hoy en día la neutralidad de carbono ya os es suficiente para los objetivos climáticos, el objetivo es que las empresas dejen de emitir.
No a los combustibles fósiles. Sí a las energías renovables.
Las energías renovables son fuentes de energía limpias, inagotables y crecientemente competitivas. Se diferencian de los combustibles fósiles principalmente en su diversidad, abundancia y potencial de aprovechamiento en cualquier parte del planeta, pero sobre todo en que no producen gases de efecto invernadero –causantes del cambio climático- ni emisiones contaminantes.
El desarrollo de las energías limpias es imprescindible para combatir el cambio climático y limitar sus efectos más devastadores. Por eso cada vez más empresas hacen el cambio ya sea abasteciéndose de electricidad generada por fuentes renovables, apostando por los vehículos eléctricos y, en definitiva, alejándose cada vez más de los combustibles fósiles.
Actuar sobre toda la cadena de valor
Las empresas que quieran trabajar para mitigar el cambio climático deben trasladar su compromiso con la sostenibilidad a lo largo de toda su cadena de suministro y entre sus clientes a través de actuaciones concretas.
Puede que tu empresa utilice energía renovable, haya minimizado su impacto ambiental y que ofrezca productos que no favorecen al cambio climático, pero ¿eres realmente sostenible si los proveedores que contratas no cumplen esos criterios?
Para evitar esto, una opción es contar un Procedimiento de Homologación y Evaluación de Proveedores. Se trata de un proceso integral y objetivo, donde se realiza un análisis completo del proveedor para conocer, entre otras cosas, cuál es su nivel de compromiso con el planeta.
Invertir en la regeneración sostenible
El calentamiento global está transformando los ecosistemas y la vida de millones de especies que los habitan, poniendo en riesgo la supervivencia de la biodiversidad. Conservarla es una condición necesaria para la sostenibilidad.
Las empresas se están comprometido de diversas formas para lograrlo. Desde identificando y previniendo el impacto potencial de su actividad o mitigando el que no haya podido evitarse, hasta, aún más importante, impulsar proyectos de regeneración sostenible capaces de generar un impacto positivo en el lugar en el que operan para el ecosistema y las personas que lo habitan.
Una economía circular empresarial que haga un uso sostenible de los recursos
El planeta produce una cantidad limitada de recursos y estamos consumiendo más de los que nos toca por generación. Más recursos de los que la Tierra es capaz de regenerar anualmente.
En este sentido, la economía circular pone en valor el reaprovechamiento al máximo de los recursos y aparece como la alternativa al modelo lineal en el que un material se convierte en residuo automáticamente después de ser consumido. En este sentido muchas compañías tienen la oportunidad de practicar no solo una economía circular interna en la que puedan reutilizar o revitalizar sus residuos, sino una economía circular empresarial. Es decir, trabajar entre organizaciones y entre sectores para que los residuos que generan unos se convierta en materia prima para los otros.
Crear una cultura organizacional centrada en las personas, que vele por los empleados y su bienestar, conlleva integrar en los valores de la compañía también el cuidado del lugar que habitan. No hay otra manera.
Fuentes: