La empatía en el trabajo resulta absolutamente fundamental. Todos sufrimos. El sufrir es inevitable, y los miembros de las organizaciones sufren. Sufrimos por motivos personales (la muerte de una persona querida, los problemas de un hijo, una ruptura) y sufrimos por motivos profesionales (tensión, cansancio, estrés, incomprensión). Solo como ejemplo, la falta de un buen acompañamiento en el duelo de un colega por la muerte de una persona cercana cuesta a las organizaciones más de 75 billones al año. Existen múltiples tendencias en el mercado laboral, pero nunca se debe perder de vista que hay que trabajar la empatía en el trabajo para crear un ambiente más compasivo.
Una de las maneras de aliviar el sufrimiento percibido en el otro es a través de la compasión. La palabra compasión proviene del latín cumpassio, y literalmente significa “sufrir juntos”. Para que exista la compasión, son necesarios al menos tres pasos: 1) darse cuenta de que el otro sufre, 2) sentir que el sufrimiento del otro me importa, y 3) actuar para reducir el sufrimiento. A forma de resumen, la anatomía de la compasión seria percibir, sentir y actuar.
Cómo ser empático en el trabajo beneficia a todos
Hoy en día, hablamos poco de la compasión en el trabajo. Parece, de hecho, que sea poco profesional hablar de compasión y empatía en el entorno laboral. Sin embargo, según estudios recientes, la compasión y la empatía en el trabajo tienen un impacto positivo en la persona que sufre, en la persona que acompaña, en los observadores, y en la propia organización. Entre otras evidencias, se ha demostrado que la compasión en el trabajo genera más compromiso por parte de la persona que ha sufrido, más satisfacción laboral por la persona que acompaña, un aumento de sentimiento de pertinencia por parte de los observadores del acto de compasión, y una menor intención de dejar la empresa en general (Dutton, Workman, & Hardin, 2014; Dutton, Worline, Frost, & Lilius, 2006; Lilius et al., 2008). No obstante, la compasión tiende a ser personal, de una persona a otra. Por lo tanto, si es personal, y depende de la buena voluntad de las personas, ¿qué rol tiene las organizaciones? ¿Pueden las organizaciones limitar o facilitar la compasión individual? ¿Pueden las organizaciones limitar la compasión humana o ser contextos que sistemáticamente faciliten la compasión? ¿cómo ser empático en un trabajo donde la compasión es limitada?
Dutton, una de las grandes expertas sobre la compasión y empatía en el trabajo, estuvo a punto de perder a su hija de 3 años en un accidente. En aquel momento, Dutton trabajaba en paralelo en dos universidades y percibió diferentes niveles de compasión en las dos universidades, y se dio cuenta de cómo la estructura organizativa de cada una afectaba al nivel de compasión generado por sus compañeros. Como hemos visto al inicio, hay tres grandes pasos en el proceso de compasión: notar y percibir el sufrimiento ajeno, sentir que el sufrimiento nos importa, y actuar. Las estructuras organizativas pueden influir en los tres niveles.
Cómo ser empático en el trabajo a nivel organizacional
A modo de resumen, las organizaciones influyen el nivel de compasión generado por los empleados a través de la cultura, los valores, las prácticas y de los ejemplos de los directivos. La compasión en el trabajo ha de ser un elemento más para favorecer una ética del cuidado positiva en las organizaciones. Vemos algunos ejemplos expuestas por Dutton y su equipo para mejorar la empatía en el trabajo:
- La cultura organizativa: la cultura explica si es aceptable compartir emociones en el trabajo. Una cultura estricta en este sentido invita a la persona que sufre a no compartir su sufrimiento. A su vez, limita las oportunidades de compasión por parte de sus compañeros, ya que estos desconocen el sufrimiento o también sienten que no deben mostrar sus emociones
- Los valores: En las organizaciones que incluyen el cuidado, los empleados tienen más números de mostrar compasión con los compañeros cuando estos sufren por temas profesional o personales.
- Las prácticas. En las organizaciones donde existen prácticas que facilitan la compasión, los empleados tienen más probabilidades de mostrar su compasión que en organizaciones sin este tipo de prácticas. Es necesario practicar dinámicas en la empresa para trabajar la empatía. Por ejemplo, hay organizaciones que comunican todas las defunciones cercanas de los miembros de la organización, mientras que en otras omiten tal comunicación. Que la propia organización comunique las defunciones, facilita a los empleados que muestren compasión con la persona que sufre el duelo.
- Los líderes. Cuando los líderes son un ejemplo en dar respuesta apropiada al sufrimiento de un compañero, los empleados tienen más probabilidades de mostrar su compasión, que cuando el líder no es un ejemplo a seguir en lo referente a empatía. Por ejemplo, John Chambers, CEO de Cisco, pidió abiertamente que los empleados comunicaran las defunciones, para poder acompañarlos. En este caso, es esperado que otros líderes de la organización realicen acciones parecidas, mostrándose más compasivos.
En definitiva, las organizaciones, como contextos sociales y físicos, pueden facilitar la compasión entre sus empleados. Para ello, es necesario fomentar una visión del trabajador como persona completa que vaya más allá de la imagen de la persona como trabajador unidimensional. A su vez, es necesario impulsar valores que inviten a pensar en el cuidar y el cuidado, impulsar prácticas que faciliten ser empático en el trabajo, así como promover y dar visibilidad a líderes compasivos.
Referencias