Este artículo explora cómo la inclusión y una cultura organizacional positiva centrada en las personas pueden transformar  una empresa, llevando a sus empleados a  alcanzar su máximo potencial profesional a la vez que su bienestar personal, y contribuyendo al éxito general de la organización.

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Cultura organizacional positiva vs. cultura organizacional negativa

Laura y Jorge se encuentran cada mañana esperando el ascensor en el gran edificio de oficinas en el que están ubicadas sus empresas. Pero más allá de la ubicación, no hay más coincidencias entre ambos. Jorge se baja en la séptima planta y Laura en la octava.

Laura entra por la puerta de su empresa con entusiasmo. Disfruta de sus días allí, del espacio de trabajo, de los compañeros y de sus tareas diarias. Las reuniones son colaborativas y sus ideas son escuchadas sin ridiculizarlas aunque no alcancen un consenso. Se siente valorada y respetada como profesional y eso repercute directamente en su autoestima. Esto le impulsa a innovar y a dar lo mejor de sí, lo que se refleja en un fuerte compromiso con la empresa.

En contraste, Jorge vive una realidad muy distinta una planta más abajo, en otra empresa diferente. Para él, cada día es una batalla. Las reuniones están cargadas de tensión.Siente que las largas horas de trabajo o los esfuerzos que hace por sacar adelante los proyectos no son reconocidos. ¿Quizás el problema es suyo? Duda de sí mismo y de su profesionalidad. Jorge se siente desmotivado y frustrado. La falta de apoyo mina su confianza y creatividad, dejándolo estancado. El deseo constante de escapar de ese ambiente lo lleva a buscar nuevas oportunidades fuera de la empresa.

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Las culturas organizacionales positivas y negativas crean realidades opuestas. Mientras Laura se desarrolla en un entorno de apoyo, Jorge desaprovecha su potencial y se siente frustrado en uno de estrés y desdén. Crear entornos inclusivos y respetuosos no solo transforma vidas, sino que también asegura el éxito empresarial a largo plazo.

Se trata de dos ejemplos ficticios y tal vez algo maniqueos, pero que bien sirven para ilustrar realidades laborales diametralmente opuestas y cómo una determinada cultura organizacional puede afectar al desempeño profesional y a la estabilidad personal de quienes conforman las empresas.

 

La inclusión, una pieza clave en la cultura organizacional positiva

Una cultura organizacional inclusiva no trata solo de dar espacio a cualquier persona, independientemente de su género, etnia, nacionalidad o capacidades. Como ya vimos en anteriores artículos, una organización inclusiva genera un sentido de pertenencia en el que los miembros de una compañía se sienten reconocidos, valorados y respetados como persona y se sienten libres de ser quienes son en su contexto laboral.

Estas organizaciones no solo implementan políticas de diversidad e inclusión, sino que también se aseguran de que sean disfrutadas por todos los miembros del equipo. Invierten en la capacitación de sus empleados, ofrecen programas de bienestar y promueven un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal.

Este enfoque ha sido respaldado por casi una década de investigaciones realizadas por McKinsey a través de su serie de informes Diversity Matters. Los estudios han revelado que la diversidad en el liderazgo está directamente relacionada con un mejor desempeño empresarial y una cultura organizacional más positiva. En su estudio más reciente, se descubrió que esta diversidad también se asocia con ambiciones de crecimiento holístico, impacto social positivo y mayor satisfacción laboral.

En un momento en que las empresas están bajo presión para mantener el desempeño financiero mientras navegan por un entorno empresarial cambiante, parece complejo crear una cultura de transparencia e inclusión y cumplir con el desempeño financiero.

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La buena noticia es que estos objetivos son compatibles y mutuamente beneficiosos.

El análisis más reciente de McKinsey muestra que las empresas con mayor diversidad en sus juntas directivas tienen un 27 % más de probabilidades de obtener mejores resultados financieros que aquellas en el cuartil inferior.

 

La esencia de una cultura organizacional positiva

A menudo, las empresas promocionan su cultura organizacional con ventajas superficiales Sin embargo, la esencia de una cultura organizacional positiva sólida reside en cómo se valora a las personas. Implica una comunicación abierta, respeto mutuo, objetivos compartidos y un compromiso genuino con el crecimiento de los empleados. Al menos eso es lo que nos cuentan los resultados de una investigación publicada por The Great Place To Work:

Transparencia:

Un factor crucial es la transparencia. Según sus datos, en las mejores empresas, el 83 % de los empleados considera que sus líderes son honestos, comparado con el 42 % en las empresas promedio. Las personas que trabajan en empresas con tasas más altas de transparencia tienen cinco veces más probabilidades de querer quedarse a largo plazo y 11 veces más de considerar su lugar de trabajo excelente.

 

“En las mejores empresas, el 83 % de los empleados considera que sus líderes son honestos”.

 

Respeto:

Si queremos que el respeto sea un ingrediente indispensable en la cultura de la organización, hay que predicar con el ejemplo desde las altas esferas. Así concluye la investigación, que señala que las empresas con una cultura organizacional positiva muestran respeto reconociendo los esfuerzos de los empleados, considerando sus opiniones y cuidando su bienestar.

Orgullo:

Los empleados que se sienten orgullosos de su lugar de trabajo creen en la empresa y en lo que representa, desde sus productos hasta su impacto en la comunidad local. Recibir un pago justo por su trabajo hace que los empleados tengan el doble de probabilidades de considerar su lugar de trabajo como excelente. Sin embargo, cuando los empleados están orgullosos de su trabajo, es 20 veces más probable que digan que su entorno laboral es excelente, aseguran desde The Great Place to Work

Pertenencia:

Las empresas con una cultura organizacional positiva no solo dicen que valoran a sus empleados; lo demuestran. Celebran los logros de los empleados, aseguran que los nuevos miembros se sientan bienvenidos desde el primer día y abrazan la diversidad.. El resultado, de acuerdo con la investigación, es que los empleados con un fuerte sentido de pertenencia tienen tres veces más probabilidades de entusiasmarse por ir a trabajar y cinco veces más probabilidades de querer permanecer en la empresa a largo plazo.

Innovación y creatividad:

Cuando los líderes crean un entorno seguro para expresar ideas y hacer sugerencias, los empleados son 31 veces más propensos a ver su lugar de trabajo como un caldo de cultivo para la innovación. Las culturas que fomentan la innovación inspiran lealtad, confianza y una mayor disposición a dar lo mejor de sí en el trabajo.

Considerando todo esto, podríamos decir que una cultura organizacional positiva va más allá de los beneficios superficiales. Se podría argumentar que se basa en pilares como la transparencia, el respeto, el orgullo, la pertenencia y la innovación. Estas cualidades tienen el potencial de crear un entorno de trabajo saludable y productivo, lo que, en teoría, podría contribuir al éxito sostenido de la empresa.

 

Fuentes: