Ese dicho popular de que las nuevas generaciones vienen empujando fuerte está más de actualidad que nunca con la llegada al mundo laboral de los millenials y las primeras incursiones de los centennials, los empleados del futuro. Jóvenes que desembarcan en las compañías con másteres, cursos, idiomas y conocimientos de las últimas tecnologías con las que han crecido. Más que como una amenaza, estas incorporaciones se tienen que ver, por parte de los más veteranos, como un aliciente más para seguir mejorando y no dejar de lado su evolución profesional.
Para ello juega un papel fundamental la formación continua, que permite a los profesionales, no solo no quedar desactualizados y que por ello se resienta su rendimiento, sino que les ayuda a mejorar personalmente. Así se desprende del informe Vocational education and training is good for you. The social benefits of VET for individual del Centro Europeo para el Desarrollo de Formación Profesional. En el mismo se afirma que hay un fuerte vínculo entre capacitación y un incremento de la confianza y la autoestima.
La formación también influye en la satisfacción en el empleo, ya que permite llevar a cabo nuevos desafíos, lo que tiene un impacto positivo en la motivación laboral. Por no hablar de que un profesional que cada día esté mejor capacitado es más eficaz afrontando la toma de decisiones y resolviendo conflictos, lo que acabará repercutiendo en una mejora de su reputación dentro de la organización. Quedar desactualizado supone quedarse descolgado en un escenario altamente competitivo que requiere a un capital humano en constante reciclaje. Es esencial que el profesional sea plenamente consciente de la importancia de seguir aprendiendo y tenga la mejor predisposición para ello. Del mismo modo, es fundamental que la compañía apueste por la formación y por las nuevas tendencias que ponen el foco en la personalización.
Las nuevas tendencias en la formación continua
En una jornada sobre el mercado laboral celebrada por la Fundación Empresa y Sociedad con el título ¿Qué hay de nuevo en RRHH?, los participantes, directivos de Recursos Humanos e Innovación de grandes empresas y destacados emprendedores especializados en el área, identificaron los cambios que se tienen que llevar a cabo en el modelo formativo. Uno de los principales es pasar de una formación profesional eminentemente burocrática por otra experiencial, que sea divertida y de calidad. Para ello, se debe apostar por soluciones abiertas en las que el profesional tenga una visión de autodesarrollo, lo que contribuirá a su motivación. Del mismo modo, es fundamental que se incorporen las experiencias personales a los contenidos técnicos que permitan relacionar la formación con la utilidad que tiene en la vida de la persona que la recibe.
Otro de los cambios señalados es que la formación profesional sea corta, accesible y práctica para poder, de ese modo, aplicarla de manera inmediata. Y que se dé la posibilidad de elegir qué se quiere aprender. El profesional, mejor que nadie, conoce sus carencias cuando se compara con otros compañeros y sabe dónde tiene que mejorar si no quiere quedarse atrás. Hay que tratar de alinear los intereses de la organización con los de sus miembros para que estos estén motivados a la hora de aprender y lo vean como lo que es, una oportunidad de crecimiento profesional y no una obligación.
Durante la jornada se prestó atención a la figura de los profesionales mayores de 50 años, a los que animaban a salir de su zona de confort y tomarse la formación como una forma de emprender una segunda etapa de la vida laboral.
Esta segunda etapa laboral puede estar relacionada también con la formación, pero no solo a la hora de recibirla, también a la de impartirla. Hay organizaciones que apuestan por aprovechar su propio talento para formar al resto del capital humano.
Las compañías demandan en la actualidad que sus cargos sepan tomar decisiones con velocidad y que se fomente en los profesionales la responsabilidad de su propio desarrollo. Una responsabilidad que el capital humano no debe dejar pasar si no quiere quedarse desactualizado frente a las nuevas incorporaciones.
Fuentes: Centro Europeo para el desarrollo de la Formación Profesional, Fundación Empresa y Sociedad, Cinco Días y Noelia López-Cheda