Desde el año 776 a.C. en la Antigua Grecia, los Juegos Olímpicos se han convertido en algo más que una competición atlética donde “el más alto, el más rápido y el más fuerte” se lleva el oro. El espíritu deportivo es más que una serie de cualidades físicas. Es compañerismo, es jugar limpio, es perseverancia y es saber perder, ganar y participar. Lecciones de trabajo, también en equipo, que hemos podido ver en los juegos celebrados en Tokio 2020.

 

Cuando levantar la mano es algo necesario

La historia de Simone Biles está llena de hitos. Su fama vino acompañada de un doble oro en suelo y en general individual de gimnasia en el campeonato mundial 2013.  Con solo 20 años, la gimnasta estadounidense consiguió cuatro medallas, tres de oro, en los Juegos Olímpicos de Río. Este año parecía imparable… hasta que ella misma decidió parar.

La presión que sentía Simone, como les sucede a muchos otros deportistas de élite, es algo que también puede pasar en un puesto de trabajo. Un proyecto importante, una entrega con un plazo ajustado, un período difícil en lo personal… ¿has pensado en levantar la mano antes de que la situación te supere? Pedir apoyo en momentos clave a tu equipo o a tu jefe no solo va a ayudarte a ver las cosas desde otra perspectiva, también puede suponer el éxito de algo que, por ti solo, no hubieras logrado como te gustaría.

Dentro de un equipo de trabajo es importante apoyar laboralmente a los compañeros tanto psicológica como emocionalmente.

La historia de Biles no se detiene en la renuncia a competir en Tokio 2020. Después de la inesperada y muy mediática noticia, la atleta finalmente decidió competir en la última prueba de gimnasia artística, la barra de equilibrio, obteniendo como resultado un bronce que supo a oro. Su decisión tal vez fue una forma de reconectar con su trabajo, de parar para volver con más fuerza. Y su historia en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 sirvió para impulsar otras también apasionantes, como la de su compañera Jade Carey.

Lecciones de trabajo en equipo que valen su peso en oro

Debutante en el país nipón, Jade Carey accedió a la prueba de gimnasia individual en suelo tras la retirada de Biles. Pasó en solo unos días de quedarse fuera, siendo la tercera clasificada de su país, a competir en la prueba y realizar un salto perfecto con el que consiguió la mejor nota y la medalla de oro. Jade Carey fue en Tokio 2020 una compañera de equipo que respondió y superó las expectativas.

Cuando se forma un equipo, se firma un contrato invisible entre sus partes, a través del cual se comprometen a apoyarse, a estar preparados ante cualquier imprevisto y a aprovechar las oportunidades que brindan los demás. Así lo ha demostrado el equipo de gimnasia estadounidense. Y así lo demuestran los equipos sólidos en empresas con una cultura que apoye la diversidad.

Una cultura de equipos diversos permite enriquecer el resultado final, potenciar las aptitudes de cada integrante y conocer otras figuras y habilidades dentro de una empresa

 

El valor de la diversidad en los equipos

Ray Zapata y Ana Peleteiro han hecho historia para España en sus categorías, triple salto y gimnasia artística en suelo. Una victoria que la gimnasta femenina acompañó de un mensaje que no solo habla de su color de piel, también de la riqueza en la mezcla de culturas y razas.

La ya mencionada diversidad en el trabajo busca diferentes roles, inteligencias y experiencias para formar equipos donde la voz no sea homogénea.  Y eso no solo genera un mejor resultado, también un mejor ambiente en el trabajo, mayor motivación y, por tanto, una retención eficaz del talento. Mira si no este corto de Pixar, que lo ejemplifica a la perfección.

 

La nobleza en la competición

 “¿Podemos tener dos oros?” preguntaba el atleta de salto de altura por Qatar, Barshim, para compartir con su oponente y amigo Tamberi, procedente de Italia. Por primera vez desde 1912 dos deportistas comparten el primer puesto del podio de atletismo. Las carreras de ambos contrincantes están llenas de sacrificios, competencia y lesiones, pero llegan a la cima de los Juegos Olímpicos de Tokio con una victoria compartida que sabe a éxito y a nobleza.

La competencia es un término que suele asociarse a definiciones negativas, más en entornos deportivos y empresariales. Pero la competencia es muchas veces el mejor aliado del trabajo en equipo. Puede volverse algo sano cuando ayuda a reaccionar, a pensar “outside the box” y a ser más críticos con cada tarea.

Para que la competitividad no se vuelva un factor tóxico en un equipo, debe primar el espíritu de cooperación y honestidad. Apostar por la coopetencia, un término relativamente nuevo aplicado más a la mercadotecnia, pero que nos viene muy bien para ilustrar esta idea: trabajar con ambición por hacer las cosas bien, pero con el estandarte de la cooperación y la empatía siempre en alto.  En el imaginario popular, “no vale poner zancadillas ni chinchetas en el suelo” para estropear el esfuerzo de los demás. Antes que con nadie, compites contigo mismo, contra tu mejor tú.

 

Historias para superarse día a día

Saber pedir ayuda. Tener la capacidad de relevar a un compañero. Fomentar la diversidad y la inclusión en las empresas. Crear un clima de competencia sana y cooperación  a partes iguales. Cuatro lecciones de trabajo en equipo que aprender de los Juegos Olímpicos Tokio 2020, tanto para el ámbito laboral como el personal.  ¿Sois los profesionales auténticos deportistas de élite? Por supuesto que sí.

 

Fuentes: RTVE, El Confidencial, BBC