¿Es más inteligente el arquitecto que visualiza los espacios y acierta a recrearlos mentalmente, o el que resuelve los problemas que conlleva materializarlos? ¿Es más inteligente la jefa de equipo que siempre encuentra la forma perfecta de expresar lo que quiere, o la que es capaz de radiografiar a sus miembros amoldando la tarea a sus diferentes perfiles? Habrá quienes se decanten por las primeras opciones. Y también quienes piensen lo contrario. Pero ¿y si en realidad ninguno de esos perfiles es más inteligente que el otro? En este artículo te hablamos de la teoría de las Inteligencias Múltiples y su influencia en la diversidad en las empresas.

 

La teoría de las Inteligencias Múltiples de Gardner que cambia el paradigma educativo

Eso es lo que planteó en 1983 el psicólogo estadounidense Howard Gardner a través de su teoría de las Inteligencias Múltiples (aquí aplicadas al trabajo) como contrapeso al paradigma de una inteligencia única. Gardner propuso que la vida humana requiere del desarrollo de varios tipos de inteligencia. O si lo prefieren, que la inteligencia de una persona no siempre se relaciona con su capacidad académica, sino que debemos hablar de inteligencias múltiples. Efectivamente, anda que no hay “estudiantes mediocres” que luego han triunfado en la vida. Y a la inversa, alumnos con expedientes que no bajaban del sobresaliente y que, una vez fuera del colegio, no lograron plasmarlo en su trayectoria profesional por sus limitaciones sociales.

El caso es que, durante décadas, la inteligencia lógico-matemática ha sido considerada el baremo oficial. Viniendo a ser algo así como la inteligencia en bruto. Cualquier persona que no destacara en esa rama era inmediatamente encasillada en el pelotón. O incluso en el furgón de cola si su rendimiento directamente resultaba mediocre.

Por contra, al no aparecer en el radar lógico-matemático, quedaban sin catalogar las inteligencias lingüísticas o las espaciales, por poner solo dos ejemplos. Como si para buscar oro en un río se empleara un tamiz con agujeros grandes que solamente detectara las pepitas de gran volumen. Perdiéndose en el agua las menos voluminosas, aunque fueran de mayor pureza.

 

Las inteligencias múltiples en el trabajo: un repaso rápido

Demostrado que la educación clásica falla a la hora de dar respuesta a esas inteligencias diferentes, la ventana de oportunidad radica, por tanto, en que la cultura empresarial no caiga en el mismo error. Sino que las identifique y las potencie. Repasemos los tipos de inteligencia identificados por la Teoría de las Inteligencias Múltiples de Gardner:

Inteligencia lingüística

Dentro de las inteligencias múltiples, la capacidad de dominar el lenguaje y poder comunicarnos con los demás es transversal a todas las culturas. No obstante, no se limita únicamente a la capacidad de comunicar, sino también a la de vincular conceptos mediante símbolos o signos.

Inteligencia lógico-matemática

Durante décadas, la inteligencia lógico-matemática fue considerada la inteligencia en bruto. La que sirve para utilizar los números de manera efectiva, reconocer patrones y razonar adecuadamente empleando el pensamiento lógico-matemático y dando pie a los célebres test de cociente intelectual (IQ).

Inteligencia espacial

También conocida como inteligencia visual-espacial, es la capacidad que tiene el individuo frente a aspectos como color, línea, forma, figura, espacio. La inteligencia espacial nos permite analizar la relación que existe entre estos aspectos, procesando la información en tres dimensiones, y permitiendo observar el mundo y los objetos desde diferentes perspectivas.

Inteligencia musical

Este tipo de inteligencia, dentro de las inteligencias múltiples de Gardner, se relaciona con la capacidad de percibir, discriminar, transformar y expresarse mediante las formas musicales. Todas las culturas tienen algún tipo de música, lo cual lleva a Gardner a entender que existe una inteligencia musical latente en todas las personas.

Inteligencia intrapersonal

La inteligencia intrapersonal es la que nos faculta para comprender y controlar el ámbito interno de uno mismo regulando las emociones. Tanto para saber distanciarse de la situación como para desdramatizar eventos con un impacto emocional negativo. Gracias a la inteligencia intrapersonal podemos identificar los propios sesgos de pensamiento para rendir mejor en diferentes aspectos de la vida.

Inteligencia interpersonal

La inteligencia interpersonal nos faculta para poder advertir cosas de las otras personas más allá de lo que nuestros sentidos logran captar. Interpretando las palabras y los gestos, descifrando los objetivos y metas de cada discurso. La inteligencia interpersonal nos permite comprender a los demás teniendo en cuenta sus diferentes estados de ánimo, motivaciones y habilidades. Un equipo con personas con una fuerte inteligencia interpersonal ayuda a mejorar la comunicación interna.

Inteligencia corporal y quinestésica

Las habilidades corporales y motrices que se requieren para manejar herramientas o para expresar ciertas emociones representan un aspecto esencial en el desarrollo de todas las culturas de la historia y, dentro de la teoría de Gardner, se engloban dentro de la inteligencia corporal y quinestésica. Este tipo de inteligencia implica el dominio de la capacidad para realizar actividades que requieren fuerza, rapidez, flexibilidad, coordinación óculo-manual y equilibrio.

Inteligencia naturalista

Se describe como la competencia para percibir las relaciones que existen entre varias especies o grupos de objetos y personas, así como para reconocer y establecer si existen distinciones y semejanzas entre ellos. Esta clase de inteligencia fue añadida en 1995, posteriormente al estudio original de Gardner, quien consideró necesario incluir esta categoría por tratarse de una de las inteligencias esenciales para la supervivencia del ser humano y que ha redundado en la evolución.

 

Equipos diversos en el trabajo que apuestan por las inteligencias múltiples

Mirando a nuestro alrededor no resultaría difícil localizar a los compañeros que en cada uno de nuestros trabajos desempeñan los primeros roles arriba definidos. Pero cuesta más localizar los dos últimos. Los perfiles naturalistas y quinestésicos. Y las empresas que no los menosprecien se garantizan más papeletas para cosechar éxitos. Porque los ocho perfiles de inteligencias son necesarios en la conjunción de un equipo de trabajo multidisciplinar que se complemente. Para solucionar cualquier tipo de necesidad que surja en un proyecto hacen falta personas con visión creativa, estrategia de resolución de problemas, pensamiento crítico, habilidades interpersonales, de comunicación o lingüísticas.

Como recoge la web Smarter Lives, “los programadores informáticos deben aprender los aspectos prácticos de la codificación, los científicos deben aprender a presentar y evaluar una hipótesis o probar una teoría en la práctica, los médicos deben aplicar sus conocimientos al diagnóstico de la vida real, los ingenieros deben aprender a diseñar y construir, los matemáticos deberían saber cómo aplicar las matemáticas a las finanzas y los negocios de la vida real”. Resulta esencial conocer y poner en práctica las habilidades de los profesionales de una empresa, lo que contribuye también al equilibro entre lo personal y lo laboral. En suma, todos necesitan aprender a trabajar en equipo poniendo en valor las bondades de un equipo diverso que permita explotar y desarrollar esas facetas de las inteligencias múltiples en el trabajo, aquellas que durante la escuela y la universidad son ocultadas para que puedan contribuir desde el minuto uno a la mejora social y empresarial.

 Fuentes:Psicología y mente, Smarter Lives