Uno de los principales cambios que se viene registrando en las empresas en los últimos años se da a la hora de evaluar a los empleados, según un estudio de Deloitte. Si hasta ahora dominaba el denominado modelo people-centric, en el que a cada persona se le daba un objetivo que cumplir, cada vez más las organizaciones se decantan por el modelo team-centric, en el que todos trabajan para conseguir un propósito. De este modo, en lugar de centrarse la evaluación en los logros individuales del trabajador, se tiene en cuenta el impacto que tiene su contribución al grupo.
Una de las máximas de esta metodología es que, si el equipo gana, el empleado lo hace también y por ende la empresa. En el modelo people-centric es el manager el que va fijando los objetivos que tienen que cumplir. Se establece una escala en el que cada persona va reportando a su superior. Con el sistema team-centric, los objetivos a conseguir se establecen para toda la organización, pudiéndose asignar alguno en concreto a una división o unidad de negocio.
Posteriormente son los empleados los que se fijan sus propias metas para ayudar a cumplir con lo establecido. El manager tiene la función fundamental de lograr que cada uno de los componentes del grupo entienda el porqué del proyecto, así como el motivo del trabajo que deben realizar. La sensación de tener un propósito que cumplir es uno de los factores que más motivan en el entorno laboral, según sostiene Daniel Pink. La visión global que se le facilita al empleado hace además que se implique más que si solo se le pide cumplir con una parte sin saber bien para qué sirve su trabajo.
Que sean los empleados los que proponen sus propias metas no significa que no tengan que reportar por lo que hagan. Desde el inicio, el manager es conocedor del objetivo que se ha propuesto y supervisa toda la labor. Eso sí, no tiene tanto en cuenta los datos cuantitativos como cualitativos. A medida que avanza, el empleado comunica regularmente cómo va progresando y a su vez se le hace partícipe de cómo se va desarrollando el proyecto y se toma en cuenta si tiene una visión que pueda enriquecer el proceso.
Para llevar a cabo este tipo de seguimiento, los managers tienen que ser reentrenados para dejar a un lado la información cuantitativa y centrarse en la cualitativa. Este tipo de líderes que pueden influenciar, motivar y hacer que las personas trabajen juntas por un fin común son los que acabarán imponiéndose a la competencia.
A modo de resumen, entre las características principales del modelo team-centric se cuentan:
-Mayor rapidez a la hora de empezar a trabajar ya que no hay que esperar a que cada persona tenga un objetivo establecido.
-El empleado se implica más porque ve de primera mano la importancia que tiene su aportación.
-La motivación es mayor en el equipo porque todos se sienten escuchados y relevantes a la hora de conseguir un objetivo que beneficia a la compañía.
-Con la monitorización constante los managers pueden corregir si algo no se está haciendo bien durante el proceso y no se tiene que esperar al final para comprobar que no se ha conseguido lo que se pretendía.
Fuentes: Saba, Inc, Deloitte