El concepto de marca personal, surgió en Estados Unidos de la mano de Tom Peters, a raíz de la publicación del artículo “The Brand called You” en la revista Fast Company en 1997, como una técnica para la búsqueda de trabajo en la que el profesional debe considerarse a sí mismo como una marca comercial.
Una marca que debe definir sus objetivos, expectativas y valores, establecer acciones para protegerlos y, después, transmitirlos, con el ánimo de diferenciarse de los demás y conseguir un mayor éxito en las relaciones sociales y profesionales. Al fin y al cabo, no deja de ser una idea fundamentada en el Marketing y con la que se logra poner en valor las competencias y características que nos hacen sobresalir, mejorando y aumentando nuestra visibilidad en el mercado laboral y posicionándonos entre los profesionales con más notoriedad de nuestro sector.
En la actualidad, no basta con ser bueno en algo, los demás tienen que saberlo y entenderlo como tal. El personal branding tiene para ello ventajas competitivas y diferenciadoras. Sin embargo, se trata de un proceso exigente, que requiere de mucha paciencia, puesto que los resultados se obtienen a largo plazo, además de un nivel importante de implicación con las nuevas tecnologías.
En un mercado con entornos VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo) como el actual, una buena marca personal seguramente no garantiza ni el mejor empleo, ni la mejor empresa para trabajar, pero sí ofrece la posibilidad de ser considerado como candidato en las listas de los consultores de selección, por lo que las oportunidades de encontrar trabajo aumentan considerablemente.
Un reflejo de nosotros mismos
Para comenzar a crear la marca personal, es imprescindible elegir un único objetivo profesional, es decir, hay que definir y focalizar el nicho de mercado en el que verdaderamente se quiere trabajar. Además, la marca requiere de un mimo constante y casi diario, por eso es fundamental ir ampliando competencias y creciendo de forma continua para aportar siempre conocimientos nuevos que enriquezcan nuestro perfil.
No hay que olvidar que la marca personal debe mostrarnos tal cual somos, como un espejo de nosotros mismos, con sentimientos y emociones, sin impostar o inventar una vida ficticia porque, al fin y al cabo, estamos proyectando nuestro mundo al entorno profesional. La estrategia para conseguirlo es el autoconocimiento, que ayudará a minimizar las debilidades y resaltar las fortalezas. Por eso resulta importante que la imagen online esté alineada con la imagen offline.
Una vez que tenemos claros los valores que queremos transmitir y los objetivos que queremos alcanzar, toca poner un nombre a la marca (puede ser el nombre y el apellido o cualquier otro nombre que ayude a diferenciarnos), definir las palabras clave que se identifiquen con la misma y establecer un tono coherente de comunicación, así como un logotipo, tipografía y colores.
En un escenario donde el currículum vitae como soporte físico tiene los días contados, por su poca efectividad y utilidad a la hora de buscar empleo, es la web 2.0 la que se ha convertido en el instrumento esencial para el desarrollo de la marca personal.
Por este motivo, la acertada elección de los canales y soportes donde tendrá presencia la marca personal (web o blog profesional, perfiles en redes sociales, carta de presentación, portales de empleo, bolsas de trabajo…) y el diseño de un plan estratégico de acciones que sea utilizado a modo de autopromoción (foros, congresos, talleres o cursos), resultan del todo imprescindibles.
Todo este abanico de posibilidades ofrece fuentes inagotables de contactos, oportunidades y empleo. Aunque lo importante no es tener muchos contactos, sino tenerlos de calidad y estar rodeado de los profesionales que están alineados con tu objetivo laboral.
En definitiva, el personal brading busca mejorar la reputación online, pero a través de la percepción que los demás tienen de uno. Y eso, en los tiempos que corren, es un activo primordial y valioso para el éxito laboral.
Fuentes: GM Integra, Centro de Estudios Financieros, Forbes, University of Salford