Una tragedia inesperada y un salto a la energía renovable
Como en el caso de Elena Navarro, otra ingeniera de ACCIONA, desde pequeño Fredi tuvo muy claro que quería ser “arreglador de carreteras”, es decir, ingeniero de caminos. Lo haría siguiendo la estela profesional de un familiar, concretamente su tío. La carrera lo llevó de su Pamplona natal a Santander. Parecía que todo lo guiaba directo al cumplimiento de sus sueños, pero esa cosa enrevesada y misteriosa que llamamos vida tenía otros planes para él: al tercer año, un revés inesperado, lo obligó a regresar a la capital navarra.
Hace más de dos milenios Plauto, el dramaturgo romano, lo sintetizó en una frase: “Nomen est omen”, el nombre es el destino. El segundo apellido de nuestro entrevistado es Mendiburu, que en euskera significa “cabeza de monte” o “cima de monte”. Y tanto él como su padre han sido grandes amantes de la montaña y la naturaleza. De hecho, al hijo no le parecía descabellado practicar escalada de hielo, vivaquear a tres mil metros de altura o asaltar las cumbres del Atlas marroquí apenas estrenada la veintena.
Los Pirineos siempre estuvieron muy presentes en su familia. Fredi nos cuenta con sencillez cómo un paraje idílico de los montes pirenaicos se convirtió en el escenario de su peor pesadilla, “uno de los dos grandes golpes que me han tocado en la vida”.
“[Ordesa] es un sitio privilegiado que conocíamos perfectamente y mi padre era la persona más segura que he conocido en cuanto a ir al monte. Entonces, de repente, un día había subido con unos amigos y resulta que no bajaba, que no bajaba. Mi madre algo notó, quizá por vibraciones que hoy la ciencia aún no controla como la telepatía o cosas parecidas. El caso es que mi padre se mató en Ordesa, en el sitio que más amaba”. Era el año 1993 y el mundo de Fredi había cambiado para siempre.
Inevitablemente, aquel golpe inesperado le hizo cambiar de rumbo. Tuvo que volver a Pamplona para apoyar a su madre y, junto con el cambio de ciudad, llegó el cambio de carrera: ahora sería ingeniero agrónomo. Al completar la carrera se especializó con un curso Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, donde ya empezaron a asomar la cabeza conceptos que lo acompañarían a lo largo de toda su vida profesional.
“Si lo mejor que podemos hacer con el agua es administrarla bien, resulta que con la energía pasaba más o menos lo mismo y que tiene que ser sostenible. Es entonces cuando descubro todo el mundo energético.”