¿Somos capaces de sacrificarnos por los demás, en el trabajo, en la familia…? Algunos estudios señalan que el vocablo sacrificio está desapareciendo de nuestro día a día, y el sacrificio personal ha pasado de ser visto como una virtud a parecer una debilidad ¿Es realmente así?

Los profesores Bahr y Bahr señalan que la ausencia del lenguaje de sacrificio limita nuestra capacidad de dar voz a nuestra propia experiencia, y por tanto disminuye la comprensión de por qué actuamos de la manera que en que lo hacemos (Bahr & Bahr, 2001).

¿Actuamos solo por incentivos (homo economicus)? ¿Actuamos solo por las normas sociales y roles (homo sociologicus)? ¿O a veces, nos sacrificamos por otro, ya sea en el hogar o en el trabajo, porque así lo sentimos? Si es así, ¿qué teoría explica que nos sacrifiquemos por una persona o  por una causa si así lo sentimos?

En este artículo hablaremos de:

La mala prensa del sacrificio personal

El sacrificio personal, o el autosacrificio (self-sacrifice) no está pasando su mejor momento ni en el campo científico, donde las teorías de elección racional siguen marcando en cierta manera el tono, ni en el campo más divulgativo, donde premia el “querer tenerlo todo”.

Sacrificarse es precisamente lo contrario de “querer tenerlo todo”. Es ceder un interés o beneficio personal a favor de un interés grupal o del otro.

mano en el mar ahogandose rescate oceano sol cielo

Es dejar de hacer una cosa que me apetecía para un bien mayor o el bien del otro. Un ejemplo simple,  ceder tu día de teletrabajo a un compañero que lo necesita más que tú, aunque ya hubieras organizado tu agenda en torno a ese día de no oficina. Me sacrifico por él, por ella.

 

“Sacrificarse es ceder un interés o beneficio personal a favor de un interés grupal o del otro.”

 

El sacrifico puede tener muchos niveles, y este ejemplo sería, aunque sacrificio en toda regla, de un nivel bajo. Encontramos en la historia de la humanidad multitud de muestras de sacrificio total. Por ejemplo, el médico y pedagogo polaco Janusz Korczak quien, aun teniendo la opción de escapar de la muerte, decidió acompañar a los niños del orfanato que dirigía al campo de concentración de Treblinka para que no se sintiesen solos. Palabras mayores.

Susan Mizruchi, profesora de literatura inglesa en la Universidad de Boston, sugiere en su libro The Science of Sacrifice que la “mala prensa” de la que gozan hoy día los sacrificios desde algunas posiciones de nuestra cultura se puede explicar entre otras razones:

  • Por su relación con los ritos primitivos y religiosos
  • Por la percepción del sacrificio como un medio para una recompensa mayor
  • Por la asimilación con la teoría de intercambios (Exchange theory) que asume que hoy cedo yo, para que mañana cedas tú.

Es decir, el sacrificio por los demás puede no entenderse como algo gratuito o desinteresado y /o, además, puede ser percibido con tintes de pacatería religiosa. Y en ninguna de las dos opciones sale bien parado.

 

El efecto dominó del sacrificio personal del líder en las organizaciones

No obstante, el sacrificio claramente no es eso, sino renunciar a un interés personal al ver las necesidades del otro como más apremiantes que las propias sin calcular demasiado o nada el “coste”.

El antropólogo Mierlin Myers, de hecho, definió el amor como “disposición de uno a sacrificarse por otro”, presentando el sacrificio personal como la calidad moral de una relación. La moralidad es cabal, ya que explica si tratamos a las personas, ya sean de nuestra familia o de nuestra organización, como “medios” o “fines”.

En las organizaciones, los líderes que se sacrifican por los otros (self-sacrificial leadership), es decir, que contribuyen en la organización yendo más allá de su propio interés para beneficiar al equipo u organización, son considerados como más carismáticos y efectivos que otros líderes. Además, estos líderes tiene un impacto directo en la confianza, cooperación y rendimiento de los miembros del equipo (Hoogervorst, De Cremer, van Dijke, & Mayer, 2012).

 

“Un comportamiento ejemplar es una inspiración para muchos y una medida de contención para el individualismo de otros”

 

En un estudio reciente, se demostró que los líderes que se sacrifican por su equipo aumentan el compromiso de los miembros del equipo hacia la organización, así como generan un impacto en la reducción de comportamientos perjudiciales por parte de los empleados (Mostafa & Bottomley, 2020). Así, su comportamiento ejemplar es una inspiración para muchos y una medida de contención para el individualismo de otros.

 

Así entiende la enfermería el sacrificio personal

Un caso interesante de estudio sobre los sacrificios en el lugar de trabajo es el de la enfermería que nos sirve también para reflexionar si somos capaces de entender el sacrificio de igual manera en el resto de profesiones y por qué.

Un sacrificio el de la enfermería que, además, tiene lugar en un entorno muy específico, con importantes influencias jerárquicas, con una cultura del cuidado subestimada (aunque reforzada a partir de la irrupción del COVID-19) y con unas limitaciones de recursos importantes para satisfacer las necesidades de los pacientes.

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Aun y así, el sacrificio personal de este colectivo está muy presente con importantes implicaciones para otros oficios y situaciones cotidianas según el interesante estudio de la profesora Elisabeth Pask (2005), una tesis  en donde detalla estas particularidades del concepto de sacrificio en la enfermería:

* Es un actuar guiado por la necesidad del otro. El filósofo Emmanuel Lévinas diría que es “un actuar guiado por el rostro del otro”. Tal y como indican en el artículo de Pask, los sanitarios señalan que, si pueden hacer alguna cosa mejor para el paciente, se sienten profesionalmente obligados a hacerlo. Su código ético, su ethos profesional, y las necesidades del otro guían su actuar. ¿Nos sentimos en otros contextos siempre profesionalmente obligados a hacer las cosas lo mejor que podemos?

* Un actuar sin reciprocidad. La lógica del colectivo de enfermería supera la lógica racional. Se actúa de la mejor manera para conseguir el bien del paciente sin esperar reciprocidad alguna. Los sanitaros no esperan que el paciente les devuelva su cuidado. Su mueven por lo que el sociólogo Richard Sennett llama la “artesanía social”, hacer las cosas bien hechas por el simple hecho de hacerlas bien hechas.

* Un éxito alejado del ego. En la enfermería se presta atención a lo que tiene valor por sí mismo. El cuidado del paciente es bueno por sí mismo. Es cuidando al paciente como la tarea llega a ser exitosa, un éxito alejado del ego, donde se camina hacia algo que es más importante que ellos mismos. En muchas profesiones, la lógica es a la inversa, donde a partir del camino se busca llegar al éxito propio.

* Una humildad y una visión relativamente modesta de su propia importancia. En general, los sanitarios participantes en el estudio de Pask muestran una visión relativamente modesta sobre su contribución:” Sólo he estado allí y he ofrecido mi apoyo”. La humildad, tal y como examina un artículo anterior, es un buen antecedente y precursor del aprendizaje, y una clara ventaja competitiva.

* Una disposición a responder. Es delante de situaciones cotidianas, y precisamente gracias a ellas, que podemos actuar. La situación es el espacio donde crear, contribuir. El cara-a-cara como oportunidad. El sanitario solo ante el paciente. Nosotros solos ante un compañero, un proveedor, una madre, un joven sentado al lado en el metro. La cotidianidad, a través del otro, los otros, nos invita siempre a actuar. Recibimos invitaciones diarias. Los sanitarios en la enfermería responden dejando atrás su ego y centrándose en el otro. ¿Es posible siempre y en todas las organizaciones?

 

Por una cultura organizacional que valore la cultura del cuidado

Se escucha a menudo a grandes directivos ante este tipo de reflexiones diciendo que sus empresas no son ONGs. Es cierto. Sin embargo, esto no es incompatible buscar el beneficio con permitir, fomentar y estimular una cultural de cuidado, superando el propio beneficio personal.

 

“No es incompatible buscar el beneficio con permitir, fomentar y estimular una cultura de cuidado, superando el propio beneficio personal”

 

Las organizaciones son importantes actores sociales, y ello implica responsabilidad. ¿Cómo usar tal responsabilidad? El propio estudio de Pask nos sugiere:

  • Fomentar una cultura de aprendizaje donde el personal se siente valorado, empoderado y alentado a desarrollar su propio potencial de liderazgo, sabiendo dónde y cómo mejor actuar.
  • Evitar ofrecer soluciones preparadas. No hay fórmula mágica. La guía parece ser trabajar para reconocer la importancia y presencia de las necesidades del otro, de los otros, sea un compañero, paciente o grupo de interés.
  • Abrir espacios para una comunicación honesta. Los sanitarios del estudio de Pask, en algunas situaciones han visto cómo médicos cometían errores delante de sus pacientes, por ejemplo, recetando un medicamente erróneo. ¿Deben corregir al médico? ¿Sienten la legitimidad para corregir al médico, y así no perjudicar al paciente? ¿Sucede lo mismo en nuestras organizaciones? ¿Hay espacio para una comunicación honesta más allá de las jerarquías?

Los estudios revisados en este artículo nos revelan que los sacrificios laborales y familiares, generadores de una manera distinta de ver la realidad (self-sacrificial leadership), pueden ser un nuevo paradigma para las organizaciones del s. XXI, donde la mirada no es uno mismo, sino el otro. Es una buena manera de crecer.

Referencias

Bahr, H. M., & Bahr, K. S. (2001). Families and Self-Sacrifice : Alternative Models and Meanings for Family Theory. Social Forces, 79(4), 1231–1258.
Hoogervorst, N., De Cremer, D., van Dijke, M., & Mayer, D. M. (2012). When do leaders sacrifice?. The effects of sense of power and belongingness on leader self-sacrifice. Leadership Quarterly, 23(5), 883–896. https://doi.org/10.1016/j.leaqua.2012.05.006
Mostafa, A. M. S., & Bottomley, P. A. (2020). Self-Sacrificial Leadership and Employee Behaviours: An Examination of the Role of Organizational Social Capital. Journal of Business Ethics (Vol. 161). https://doi.org/10.1007/s10551-018-3964-5
Pask, E. J. (2005). Self-sacrifice, self-transcendence and nurses’ professional self. Nursing Philosophy, 6(4), 247–254. https://doi.org/10.1111/J.1466-769X.2005.00215.X