Donald Draper es un exitoso publicista en la Gran Manzana. Este director creativo sabe que el producto o el servicio que debe vender es el centro de la imagen de una empresa. Lo malo es que esos eran los años 60, hablamos de una trama ficticia (seguro que has oído hablar de Mad Men)  y Sterling Cooper & Partners no es un ejemplo de mejores empresas para trabajar.

Viajando a los años 80/90 cambia el panorama. El centro es el cliente externo. Nuestra identidad es la imagen que tienen ellos en su mente. En un contexto de finales del Siglo XX, esto tenía todo el sentido. En la nueva década de los 20, donde la conciliación laboral manda, no es suficiente contar con opiniones de terceros.

La nueva imagen de marca se construye de puertas para dentro. Ahora hablan los trabajadores, los primeros que pueden cambiar las reglas de la cultura organizacional, de la que depende la captación y la retención de talento. ¿Qué valoran los profesionales a la hora de construirse una panorámica de una empresa?

 

El medio ambiente no es la única forma de ser sostenible (aunque ayuda)

La sostenibilidad, como bien explica este artículo de sostenibilidad.com, es la promoción de un desarrollo social, un crecimiento económico equitativo y un medio ambiente protegido que permita actuar en el presente sin comprometer al futuro. ¿Qué papel juegan las empresas en todo esto?

Las empresas que realmente se preocupan por fomentar un desarrollo sostenible lo hacen desde el ámbito exterior y el interior. Está muy bien valorado por los trabajadores que su lugar de trabajo proponga acciones para mejorar la sociedad y el entorno, pero hay que pensar también en la satisfacción del talento interno. Dar respuesta a las necesidades del personal también convierte a una compañía en sostenible.

Las mejores empresas para trabajar cuentan con líderes auténticos

La identificación con el líder, la confianza hacia él y la retroalimentación del trabajo de los profesionales es otro aspecto que valorar de una compañía. Seguro que conoces la diferencia entre un jefe y un líder. ¿Pero sabes la diferencia entre un líder y un buen líder?

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El buen líder es carismático y empático, sabe (y quiere) ponerse en el lugar de sus empleados, conociendo sus necesidades. Es motivador, pues se encarga de potenciar la carrera profesional de su equipo, conociendo sus metas. Y es humano, pues se considera uno más del grupo, compartiendo decisiones, fallos y aciertos.

 

Estamos pidiendo una cultura organizacional flexible

Antes que empleados son personas. Una máxima que a priori parece simple, pero que requiere de un esfuerzo ético por parte de las organizaciones. La época en la que éramos piezas de una cadena de montaje ha pasado, y un balance anual saludable implica unos empleados saludables.

La salubridad profesional tiene varias aristas, pero una principal es cómo el trabajo se complementa con todo lo que hay fuera de él. Programas de ayuda de distinta índole, flexibilidad horaria, fomento del deporte y de actividades grupales, servicio de asesoría y planificación… todas opciones factibles ante una causa, las necesidades personales de cada empleado.

 

Compromiso mutuo con el crecimiento

Otra pata de la salubridad profesional es el crecimiento de los empleados dentro de la organización. Un quid pro quo entre el profesional y sus supervisores. El empleador debe saber enriquecer a sus empleados, o más bien a sus aptitudes, ofreciendo formación especializada, posibilidades de promoción interna o mentoría de otros profesionales.

Claro que el empleado tiene que responder con resultados, pero está demostrado que satisfaciendo la autorrealización y el reconocimiento ajeno las personas son más eficientes. Les gusta que les tomen en serio, ser escuchadas y que les den la oportunidad de superarse.

 

Diversidad global y local en las mejores empresas para trabajar

La diversidad e inclusión en el lugar de trabajo consigue resultados asombrosos para una empresa y para la sociedad. Más allá de características demográficas y culturales, la diversidad debe verse como una doble oportunidad.

Por un lado para tener políticas de empresa reales, que reflejen la vocación de la compañía de querer conseguir una inclusión social (sí, esto también es sostenibilidad). Por el otro, fomentando las sinergias dentro de grupos de trabajo. Que todos tengan los mismos conocimientos, habilidades o ideas no suma, pero un verdadero equipo diverso multiplica.

 

Un caso real del buen hacer

Como compañía experta en diseñar un planeta mejor, ACCIONA ha recibido este mes el reconocimiento como Top Employer, un certificado que se emite a las compañías que se han convertido en las mejores empresas para trabajar.

Top Employers mide seis factores para decidir si otorga el certificado o no, factores que coinciden en gran medida con los descritos en el artículo: sostenibilidad, liderazgo, formación… Ya ha certificado a más 1.600 empresas en 120 países de los cinco continentes.

 

Ya sabemos que los empleados tienen voz

Y es el momento de escucharla. Las empresas más preocupadas por la captación y retención del talento ya se han concienciado de la importancia que tiene la opinión de sus trabajadores. Ahora tienen que tomar nota y actuar en consecuencia.

Fuentes: Stringcaninteractive, HBR