El buen líder es carismático y empático, sabe (y quiere) ponerse en el lugar de sus empleados, conociendo sus necesidades. Es motivador, pues se encarga de potenciar la carrera profesional de su equipo, conociendo sus metas. Y es humano, pues se considera uno más del grupo, compartiendo decisiones, fallos y aciertos.
Estamos pidiendo una cultura organizacional flexible
Antes que empleados son personas. Una máxima que a priori parece simple, pero que requiere de un esfuerzo ético por parte de las organizaciones. La época en la que éramos piezas de una cadena de montaje ha pasado, y un balance anual saludable implica unos empleados saludables.
La salubridad profesional tiene varias aristas, pero una principal es cómo el trabajo se complementa con todo lo que hay fuera de él. Programas de ayuda de distinta índole, flexibilidad horaria, fomento del deporte y de actividades grupales, servicio de asesoría y planificación… todas opciones factibles ante una causa, las necesidades personales de cada empleado.
Compromiso mutuo con el crecimiento
Otra pata de la salubridad profesional es el crecimiento de los empleados dentro de la organización. Un quid pro quo entre el profesional y sus supervisores. El empleador debe saber enriquecer a sus empleados, o más bien a sus aptitudes, ofreciendo formación especializada, posibilidades de promoción interna o mentoría de otros profesionales.
Claro que el empleado tiene que responder con resultados, pero está demostrado que satisfaciendo la autorrealización y el reconocimiento ajeno las personas son más eficientes. Les gusta que les tomen en serio, ser escuchadas y que les den la oportunidad de superarse.
Diversidad global y local en las mejores empresas para trabajar
La diversidad e inclusión en el lugar de trabajo consigue resultados asombrosos para una empresa y para la sociedad. Más allá de características demográficas y culturales, la diversidad debe verse como una doble oportunidad.
Por un lado para tener políticas de empresa reales, que reflejen la vocación de la compañía de querer conseguir una inclusión social (sí, esto también es sostenibilidad). Por el otro, fomentando las sinergias dentro de grupos de trabajo. Que todos tengan los mismos conocimientos, habilidades o ideas no suma, pero un verdadero equipo diverso multiplica.
Un caso real del buen hacer
Como compañía experta en diseñar un planeta mejor, ACCIONA ha recibido este mes el reconocimiento como Top Employer, un certificado que se emite a las compañías que se han convertido en las mejores empresas para trabajar.