Desde hace siglos, en el noreste de India existe la tradición de confeccionar puentes vivos con las raíces de árboles como el ficus, que se entretejen hasta cruzar los ríos. En cierta manera, Robbie Lynch también ejerce de puente vivo en Australia, la tierra de sus antepasados. Desde su desembarco en ACCIONA hace ya casi dos años, y como orgulloso representante del pueblo Waka Waka, el grupo de lengua aborigen al que pertenece, se ha convertido en una de las caras visibles del diálogo indígena en su país.
De hecho, al poco de empezar la entrevista, Robbie bromea acerca de la visibilidad de su papel en ACCIONA. “Fui a la nueva sede para ponerme al día y me encontré con mi cara en todos los televisores. Me pareció una locura, casi como si lo hubieran planeado o algo”, explica con el tono llano y directo que lo caracteriza. En este artículo podrás entender mejor la importancia de su papel en la compañía, los grandes hitos de su vida y cómo le fascina empujar a la gente a abandonar su zona de confort para que aprendan a ponerse en la piel de los demás.
El sentido de una vida
En un pueblo del norte de Australia vemos a un grupo de padres e hijos desayunando juntos en un colegio. La escena no tiene mucho de particular, salvo por un detalle: es el comienzo de la regeneración de una comunidad. Las familias allí sentadas son aborígenes australianos en una zona con elevadas tasas de criminalidad y abandono escolar. También es un momento en el que nos detenemos porque, para Robbie, supuso comprobar por primera vez el impacto de su trabajo.
“Invitábamos a familias enteras a participar en un programa escolar que consistía en ofrecer un desayuno antes de las clases […]. Las tasas de escolarización se dispararon un 300 %”.
“Lo llamamos Programa de Desayunos para Empezar Bien el Día […]. Lo que hacíamos era invitar a familias enteras a participar en un programa escolar que consistía en ofrecer un desayuno antes de las clases. Dábamos a los padres responsabilidad sobre el programa, con cosas tan sencillas como preparar el desayuno, sentarse juntos y empezar bien el día. Creo que cuando iniciamos el programa estábamos cruzando los dedos por que tuviera un impacto beneficioso”, rememora.
Y a la postre esa iniciativa, llevada a cabo junto con la Cruz Roja australiana, sí que tuvo un impacto positivo claramente medible: “Puedo decirte que las tasas de escolarización se dispararon un 300 % en los primeros cinco años. Y que la criminalidad en la comunidad también se redujo”. ¿Por qué se implicó en ese programa? ¿Y por qué desempeña su papel actual en ACCIONA? Para entenderlo, debemos remontarnos a sus primeros años de vida.
Una infancia entre dos mundos
“Mi abuela me crio en la rama no aborigen de mi familia. Fue una de las primeras personas no aborígenes en adoptar legalmente a un miembro de su familia de ascendencia aborigen”, nos explica al comienzo de la entrevista. “Diría que fue hacia el final de primaria cuando empecé a sentir lo que era el racismo. No tenía a nadie al que acudir, a nadie con quien hablar, puesto que era el único aborigen en mi escuela y en mi zona”, añade.
En esta época, Robbie vivía en Sunbury, “que hoy día, en términos de Melbourne, es parte del área metropolitana, pero solía ser un pueblo de provincias bastante pequeño”. El comienzo de la adolescencia, difícil para todos, lo fue doblemente para él. Sin embargo, logró encontrar una vía de escape, “Mi válvula de escape era el deporte, se convirtió en una especie de recurso para afrontar ese tipo de cosas y procesarlas. Obviamente, en esos años posteriores alcanzar cierto éxito deportivo sirvió para compensar la situación un poco, lo que me resultó de gran ayuda. Más adelante, ya en la veintena, comprendí que había sido una especie de desahogo para mí”.
Los retos propios como síntomas de algo mayor
La experiencia de sus años de adolescencia y el uso del deporte, concretamente el fútbol australiano, como espacio de respeto y camaradería le mostraron que había maneras de superar los retos de la diversidad desde una óptica colectiva. Quizá había muchos otros como él que estuviesen desorientados o en situaciones difíciles y que podrían contar con él como nexo con nuevas realidades.
El fallecimiento de uno de sus primos aborígenes también le permitió comprender mejor todas las ramificaciones de su familia y de su pasado: “Todo el mundo se esforzó en asistir a su funeral y fue la primera vez que vi a toda mi familia al completo, ya que se encuentra esparcida por toda Australia”.
“Pude iniciarme en un área en la que ya había tenido experiencia como participante, pero a la vez aprendiendo sobre la financiación de comunidades aisladas, la forma en que podemos tener un impacto y cómo podemos atraer a la gente para que practique deporte”.
De la misma manera, comenzó a ver los problemas de los pueblos aborígenes en un contexto mucho más amplio: “Una de las cosas que mucha gente no entiende es que Australia fue el último país en ser colonizado. Así que, aun cuando tiene doscientos cincuenta años, aún se encuentra en su infancia. Hay cosas como el trauma transgeneracional e intergeneracional. Familias rotas”.
Después del instituto comenzó a trabajar en una empresa de deportes. Al poco tiempo dio el salto para trabajar en el área de Ocio y Deporte del gobierno del Territorio Norte. “Pude iniciarme en un área en la que ya había tenido experiencia como participante, pero a la vez aprendiendo sobre la financiación de comunidades aisladas, la forma en que podemos tener un impacto y cómo podemos atraer a la gente para que practique deporte. Simplemente ver a la gente acudir y participar en algo que yo había organizado […] Era un verdadero subidón, lo disfruté mucho”.
Tras impulsar programas como aquella iniciativa de desayunos en la escuela donde aprendió el poder que puede tener avivar una comunidad, Robbie fue implicándose en otras iniciativas. Tuvo oportunidad de colaborar con el servicio de emergencias Ambulance Victoria, donde desarrolló e implantó políticas de empleo para aborígenes, y con el sistema penitenciario en Corrections Victoria, así como con el área de Justicia y Seguridad Comunitaria. Fue después de esa etapa de aprendizaje en diversos entornos cuando, por fin, llegó la hora de dar el salto a su puesto actual.
Brazos abiertos
Robbie recuerda con cariño sus primeros días en ACCIONA, especialmente la figura de su mánager de Capacidad e Inclusión Industrial (ICI; por sus siglas en inglés): “Ha sido alguien increíble en su forma de apoyarme en mi puesto, presentándome al personal corporativo y a pie de obra, y enseñándome los distintos lugares y ayudándome en mi aterrizaje. Me hizo sentir como en casa, como que este era mi sitio, nada más cruzar la puerta, lo que es crucial en cualquier puesto. Me ha ofrecido un trampolín para mi éxito y ahora me toca a mí crecer en mi puesto y en mi impacto todo lo que pueda”.
“Parte de mi trabajo consiste en educar a nuestro personal no aborigen. ¿Cómo pueden apoyar e implicarse? Por ejemplo, aprendiendo acerca de la historia de este país. Eso nunca nos lo enseñaron en la escuela”.
Algunas de las funciones iniciales de Robbie consistieron en dar a conocer la cultura y las costumbres aborígenes a la plantilla de ACCIONA, en el marco de un programa de sensibilización cultural. “Se trata de educar a nuestro personal no aborigen. ¿Cómo pueden apoyar e implicarse? Por ejemplo, aprendiendo acerca de la historia de este país. Eso nunca nos lo enseñaron en la escuela”.
Un último ejemplo de esta labor fue la gira que Robbie llevó a cabo por nueve oficinas con motivo de la Semana de Reconciliación Nacional. Allí tuvo la oportunidad de explicar la importancia del Día Nacional del Perdón que conmemora la expulsión de niños aborígenes, el referéndum de 1967 y el Día de Mabo, que conmemora la decisión del Tribunal Supremo de reconocer los derechos de propiedad nativos; todos ellos acontecimientos cruciales para los pueblos aborígenes australianos.
Para Robbie, este tipo de actividades deben ser amenas y ayudar a entender mejor un trasfondo cultural distinto. Así, invitaron al personal y a los operarios a participar en un concurso cultural que requería a los participantes imitar los movimientos de animales nativos como el canguro o el emú. “Vas a una obra y te encuentras a doscientos cincuenta operarios. Y cuando te quieres dar cuenta estáis todos saltando e imitando animales asociados a una cultura y divirtiéndote. Creo que eso es lo mejor que está aprendiendo la gente; se están divirtiendo y lo están haciendo a través de un prisma cultural”.
El trabajo de unir y conectar que lleva a cabo Robbie también ha supuesto participar en el First Nations Leadership Group (Grupo de Líderes de Naciones Originarias) creado por ACCIONA y del que forman parte representantes de naciones originarias de la compañía. Este grupo ofrece un espacio donde compartir retos e inquietudes.
Llevar la cultura a las infraestructuras
En los cerca de dos años que Robbie lleva trabajando con ACCIONA, una de las iniciativas que mejor ejemplifican su aportación es la eliminación de los pasos a nivel con barreras como parte de la joint venture Southern Program Alliance (SPA). ACCIONA, además de construir las nuevas estaciones de tren, se encarga de crear carriles bici y zonas comunitarias.
“Lo que hacemos en resumidas cuentas es llevar la cultura a la infraestructura y utilizamos el entorno en colaboración con los grupos de propietarios tradicionales, pero son instalaciones para que todo el mundo pueda aprender”.
Cada infraestructura es también el testimonio de una sensibilidad y de una época. Por eso, la intersección de esas infraestructuras con el patrimonio cultural de las naciones originarias, en este caso del grupo de propietarios tradicionales Bunurong, es también parte del trabajo de Robbie. Ese fue el planteamiento fundamental en los trabajos realizados en las estaciones de Edithvale, Chelsea y Bonbeach.
“Tenemos una relación muy estrecha con el grupo de propietarios tradicionales Bunurong. En nuestros proyectos lo que hacemos es dialogar con los propietarios tradicionales y estudiar la forma en que podemos trasladar la cultura a las infraestructuras. ¿Cómo se puede plasmar una obra pictórica? Pues ponemos enseñanzas en las marquesinas y aprovechamos el camino peatonal comunitario. Hemos llevado a cabo un gran número de conexiones culturales en cada una de las estaciones de tren en las que hemos intervenido”.
Otro ejemplo son los espacios de reunión donde la comunidad puede celebrar días señalados o simplemente reunirse: “Tenemos una cosa que se conoce como yarning circles [círculos de narración usados tradicionalmente por los aborígenes] donde te sientas en torno a un círculo o un campamento y hablas. También hay días de celebración, de duelo o de reflexión. Hemos creado un círculo de narración justo al lado del sendero comunitario para que toda la comunidad pueda pasar por delante y ver y oír lo que está pasando. Y lo que ponemos en ese círculo de narración son flora y fauna tradicionales, plantas nativas con las que reverdecemos la zona”.
Y sintetiza: “Lo que hacemos en resumidas cuentas es llevar la cultura a la infraestructura y utilizamos el entorno en colaboración con los grupos de propietarios tradicionales, pero son instalaciones para que todo el mundo pueda aprender”.
Por supuesto, en el campo de las infraestructuras, otra labor fundamental de Robbie consiste en hablar con los ancianos de cada grupo de lengua indígena para entender mejor las áreas de importancia cultural, así como detectar posibles vestigios y artefactos aborígenes que sea preciso preservar. Es, desde el terreno, una labor parecida a la que lleva a cabo en Australia la ingeniera geoespacial Sushana Kharki, a la que entrevistamos recientemente, con mapas topográficos e imagen por satélite.
A veces se producen hallazgos fortuitos en los que la comunicación con los diversos grupos es crucial. “Si encuentran artefactos antiguos o lugares de enterramiento, es preciso detener los trabajos y lo que se hace ahí es conectar con los grupos de propietarios tradicionales, los consejos de aborígenes e isleños del Estrecho de Torres, y se ponen en marcha procesos para identificarlos. Si se trata de artefactos aborígenes o restos humanos, se celebra una ceremonia donde se repatrían a un área concreta de su grupo lingüístico”.
Y ayudar a los negocios aborígenes a prosperar
En Australia, por ley, los proyectos de infraestructuras deben contar con un cierto porcentaje de proveedores aborígenes. Sin embargo, Robbie explica que el impacto positivo de la compañía va más allá de esos requisitos básicos. Nos habla de Monero Constructions, una pequeña empresa de propiedad aborigen que colaboró en la construcción de los andenes de las estaciones de tren en proyectos como los que acabamos de mencionar.
Más allá de un simple cupo, asesoraron a la empresa para mejorar sus capacidades: “Monero llegó cuando estaba dando sus primeros pasos y lo que hicimos como negocio fue sentarnos con ellos y estudiar la forma en que podíamos ayudarlos a crecer; ver cómo podíamos mejorar sus capacidades, ayudar con el back office, las nóminas y todo aquello en lo que pudiésemos colaborar. ¿Cómo podemos ayudar a crecer a este negocio? Así que lo hicimos durante un periodo bastante prolongado y creo que es un fantástico ejemplo de trabajo colaborativo con negocios locales”.
“Ver el impacto de contratar a una persona aborigen y presenciar el crecimiento de un negocio aborigen desde sus comienzos hasta que se convierte en algo grande y especial es una experiencia increíble”.
Hoy Monero Constructions, que ha crecido hasta alcanzar los noventa empleados, un 40 % de los cuales es de ascendencia aborigen, es una de las empresas más importantes del estado y sigue trabajando con ACCIONA en numerosos proyectos. “Ver el impacto de que tiene contratar a una persona aborigen y presenciar el crecimiento de un negocio aborigen en sus comienzos hasta que se convierte en algo grande y especial es una experiencia increíble”, reflexiona.
Liderazgo desde el ejemplo
Si hay algo que Robbie menciona en repetidas ocasiones es la importancia de la implicación de la empresa a todos los niveles. Al comienzo de este artículo mencionamos su trabajo de sensibilización con la plantilla, pero la implicación de la directiva es otro de los pilares en esta labor. “Cuando tienes ejecutivos y directivos que forman parte del negocio y que demuestran implicación en eso y apoyan a la plantilla, es increíble todo lo que se puede hacer, especialmente en lo tocante a los aborígenes e isleños del Estrecho de Torres”.
“Ver a los líderes participar en nuestro proyecto como uno más es algo muy poderoso”.
Como cuenta Robbie, ese apoyo en el día a día es una de las claves para el éxito de este tipo de iniciativas. “Creo que para mí es un gran apoyo, pero también es fantástico que nuestra plantilla vea a perfiles senior participar y tener presencia ahí. Cuando ves a esos líderes ahí, piensas: son uno más de nosotros. Y creo que eso es algo muy poderoso”.
La historia es un patrimonio de todos
A lo largo de la entrevista, Robbie nos ha ido desgranando algunas de las valiosas lecciones que ha aprendido durante estos años. Como la importancia de escuchar en una organización: “Creo que una de las cosas cruciales que he aprendido a lo largo de mi viaje es escuchar lo que dicen los demás. No escuchar simplemente para responder. Creo que a veces la gente solo quiere sentirse escuchada y creo que, cuando se les ofrece esa oportunidad, se abren muchas más conversaciones”.
También, nos dice, hay mucho que aprender gracias a la diversidad y la preservación del patrimonio cultural. Lo resume con este llamamiento: “Es como un espejo retrovisor; para saber a dónde vamos, necesitamos saber de dónde venimos. La historia de la cultura australiana es un patrimonio que pertenece a todos, del que podemos aprender y que podemos compartir. Si quieres garantizar que la historia de tu país perviva, tienes la oportunidad de participar en ello. Vamos a disfrutar de este viaje y caminar juntos”.
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