¿Quién quiere trabajar en un ambiente de trabajo hostil donde la inteligencia emocional y el liderazgo empático brillan por su ausencia? Los entornos laborales tóxicos e insanos proporcionan a las empresas más costes que beneficios.

¿Qué voy a leer en este artículo?

 

¿Qué hace que un ambiente de trabajo sea hostil?

Podríamos contestar a esta pregunta simplemente diciendo que la falta de inteligencia emocional y de un liderazgo empático. Un tema que abordamos en este artículo. Pero realmente engloba mucho más que eso.

Según la plataforma All Voices, una herramienta digital destinada a evitar este tipo de ambientes laborales, un entorno de trabajo hostil se clasifica como un lugar de trabajo en el que los supervisores o los compañeros de trabajo crean o llevan a cabo regularmente un comportamiento discriminatorio contra los demás. En la mayoría de los casos, el destinatario de esta mala conducta presenta este acto como abusivo o intimidatorio, lo que afecta a su desempeño y motivación en el trabajo.

 

Los costes de un ambiente de trabajo hostil para la organización

“¿Qué le vamos a hacer?”. Algunas empresas se resisten a tomar medidas contra las figuras tóxicas de su plantilla porque se trata de personas que consiguen muy buenos resultados o, simplemente, porque no es tan sencillo detectar o demostrar estos comportamientos reprobables. Pero en realidad, contar con gente así en una organización supone más costes que beneficios.

Una investigación ha demostrado que las culturas tóxicas cuestan a las empresas estadounidenses casi 50.000 millones de dólares al año.

De hecho, la cultura tóxica era el principal factor de desgaste que llevó a dimitir de sus puestos de trabajo a miles de personas durante los primeros seis meses de la Gran Renuncia.

Los ambientes de trabajo hostiles pueden ser muy estresantes y pueden conducir a una disminución de la productividad y a ser una carga para la salud mental de los trabajadores. Debido a esto, muchas personas terminan dejando una empresa y buscando mejores oportunidades en otros lugares más amables.

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Cómo fomentar un liderazgo basado en la inteligencia emocional que termine con la hostilidad

Es importante que los líderes de la empresa  asuman la responsabilidad de analizar el impacto de tolerar comportamientos tóxicos. Aunque las personas que los practican consigan buenos resultados, están perjudicando la cultura organizacional de la compañía.

De acuerdo con Harvard Business Review, hay cinco estrategias que los líderes pueden seguir para asegurarse de que estos perfiles hostiles no ahuyenten a sus mejores empleados.

* Instaurar una política de no tolerancia. Las empresas tienen que afrontar los casos en los que se detecte que existen comportamientos tóxicos y tomar medidas para detenerlos.

* Analizar honestamente la cultura organizacional. Es importante que los responsables conozcan qué ocurre realmente en la compañía. ¿Cómo se sienten las personas de la empresa? ¿Se toman medidas cuando llegan quejas de comportamientos tóxicos? Hablar con los empleados, hacer encuestas, hacer uso de la inteligencia emocional y ejercer un liderazgo empático es esencial para cumplir con este punto.

* Establecer un sistema de comentarios o quejas eficiente. Denunciar un comportamiento inapropiado, ya sea racismo, sexismo o incluso acoso sexual, deja a muchas personas con la abrumadora tarea de tener que presentar reclamaciones basadas en acusaciones indocumentadas, represalias sutiles y testigos que se resisten a hablar. Proporcionar oportunidades de informes anónimos puede ayudar a los empleados a sentirse seguros de que no serán penalizados por hablar.

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* Comprobar que los valores de la empresa realmente se cumplen. Si una organización apuesta firmemente por que la inclusión, el respeto y la tolerancia formen parte de su cultura, deberá analizar si están presentes en todos los procesos. Desde la contratación de nuevos talentos, hasta el establecimiento de objetivos, pasando por la gestión de los equipos de trabajo.

* Denunciar las injusticias o comportamientos tóxicos. Los líderes tienen mucho poder a la hora de promover un comportamiento u otro. Si se callan, el resto entenderá que es la actitud que deben tener. Pero si señalan un comportamiento tóxico, el resto comprenderá que ese es el camino.

Cuidar de la cultura organizacional de la empresa significa desarrollar un liderazgo basado en la inteligencia emocional y cuidar, así, del bienestar de las personas de la compañía.

 

Fuentes: