11 claves para aprender a delegar

Breve guía con claves para ser más eficientes en el trabajo, aprender a delegar y saber cómo y con qué tareas hacerlo con éxito.

Carmen acaba de recibir un ascenso. Comienza una etapa profesional donde, más allá de adquirir nuevas responsabilidades, estará a cargo de un equipo de personas por primera vez en su carrera laboral. Y es aquí donde se encuentra con uno de los mayores retos que enfrenta en su nueva posición: aprender a delegar.

 

Una de las transiciones más complicadas que enfrenta alguien al alcanzar un puesto de liderazgo es, precisamente, pasar de hacer a liderar. Pero lo que diferencia a un buen gestor de uno que no lo es, es el uso eficiente de sus recursos. Y tu equipo, tus compañeros, son el mejor recursos con el que cuentas. Conocer sus habilidades y puntos fuertes, y confiarles tareas en base a esto, aumentará el rendimiento y la eficacia de los procesos.

 

¿Qué voy a leer en este artículo?

A Carmen le asaltan muchas dudas cuando piensa en dejar de lado una tarea y adjudicársela a uno de sus compañeros. Lleva mucho tiempo encargándose ella misma de esos asuntos y cree que perderá tiempo explicándoselo y que, además, ellos ya están muy saturados con sus propias ocupaciones. En definitiva, ahora mismo cree que delegar es ineficiente.

A corto plazo, es posible que tenga la energía para levantarse más temprano, quedarse hasta más tarde y superar las demandas que enfrenta. Pero se trata de un plan abocado al fracaso. Lo ineficiente realmente es querer abarcarlo todo y no poder dedicarle la atención que se merece a cada cosa. El problema es que todavía hoy existen muchos prejuicios que nos impiden aprender a delegar. Analicemos los más comunes:

  • Soy la única persona capaz de hacer esto​: no es cierto. Nadie es imprescindible. Tarde o temprano alguien te reemplazará en la tarea, por el motivo que sea.​
  • Soy el responsable y debo rendir cuentas​: sí, en última instancia eres el responsable y delegar es arriesgado, por eso hay que minimizar riesgos y hacerlo de la forma adecuada dependiendo de la madurez de la persona que vaya a asumir esa tarea.​
  • No tengo tiempo para formar a nadie​: a veces enseñar una tarea a alguien ocupa más tiempo que la tarea en sí, pero a la larga ahorras y amortizas ese tiempo. Recuperas esa inversión.
  • La gente de mi equipo ya está bastante saturada​: todos tenemos una enorme carga de trabajo y responsabilidades, y la primera respuesta natural de cualquier persona es que no puede asumir más. Estar ocupado no significa que no se pueda llevar a cabo. Equilibra la balanza de responsabilidades de todo el equipo y en función del volumen se puede gestionar.​
  • No quiero volverme prescindible​: evidentemente no se puede delegar todo, hay algunas tareas que es importante que hagas tú mismo. Tú decides qué merece la pena delegar y qué no.

Es ineficiente querer abarcarlo todo y no poder dedicarle la atención que se merece a cada cosa.

Aprender a delegar no es tirar balones fuera. Se trata decidir con criterio y conocimiento de causa quién puede llevar a buen término un cometido concreto. El objetivo es ganar en eficacia adjudicándosela a alguien que, en primer lugar, tenga tiempo y posibilidades para hacerlo, y que, en segundo lugar, sepamos que puede hacerlo de la mejor forma posible para que sea eficiente.

 

Además, delegar también supone una oportunidad de aprendizaje y crecimiento para la persona que adquiere la nueva tarea. Y si se trata de algo que disfruta y sabemos que le gusta también le supondrá un desafío y una motivación extra.

 

Si quieres conocer más claves para entender a tu equipo y saber gestionarlo de la mejor forma posible, leer este artículo que publicamos hace unas semanas.

 

¿Qué debemos tener en cuenta?

  • La tarea: ¿qué hay que saber y qué competencias o habilidades hacen falta para completarla?​
  • El tiempo: si vas corto de tiempo, no tiene sentido delegar la tarea en alguien que requiera de más instrucción o supervisión​
  • La fecha de entrega: si es ajustada, elige a alguien que trabaje bien bajo presión.​
  • El equipo: ¿quién tiene el conocimiento, las habilidades, la creatividad u otras competencias? ¿Quién disfrutaría de la tarea? ¿Quién obtendría un beneficio en cuanto a desarrollo profesional y personal?​
  • La disponibilidad: ¿quién tiene tiempo para dedicarle a la tarea o quién podría hacer hueco?​

En función de estos 5 puntos, escoge a la persona adecuada para la tarea en cuanto a habilidades, intereses, oportunidades de desarrollo y disponibilidad.

Para preparar una delegación efectiva, asegúrate de comunicar qué es lo más importante para ti, confirma que tus expectativas se han comprendido claramente y pregunta cuánto de ti van a necesitar (ya sea por formación, resolución de dudas o evaluación del trabajo). Aprender a delegar con estos principios en mente, te ayudará a garantizar que las personas adecuadas se centrarán en las tareas correctas.

 

Para garantizar que la tarea delegada se resuelve bien, adapta las instrucciones a la persona y prepárala siguiendo estos pasos:

  1. Reúnete con la persona que asumirá la tarea y deja claro en qué consiste.
  2. Describe con precisión la tarea y los pasos que hay que seguir para que sienta seguridad respecto a lo que se espera que se haga y así aumentar su motivación.
  3. Divide la tarea en partes más pequeñas para que sea más sencillo seguir el siguiente paso y hacer seguimiento.​
  4. Puntualiza la tarea y concreta por el primer paso para que los siguientes sean más sencillos.​
  5. Verifica: Comprueba que la persona ha comprendido bien la tarea y los pasos necesarios para llevarla a cabo con éxito. Pídele que te explique cuál será su planteamiento.
  6. Deja claro qué esperas conseguir y explica los criterios para evaluar los resultados.
  7. Fija fechas de entrega y confírmalas con la persona para asegurarnos de que son adecuadas / realistas.
  8. Nivel de supervisión. Puntos de contacto. Trabajar con independencia es importante, pero la persona que se encarga ahora de esa tarea ha de saber que cuenta contigo si necesita ayuda.
  9. Comprueba que tiene todo lo que necesita.
  10. Consigue las autorizaciones necesarias.
  11. Informa a todas las personas implicadas.

​Con estas 11 claves en mente, Carmen se involucró considerablemente menos en los detalles, pero siguió siendo esencial para el propósito y el impulso de cada iniciativa crítica. Dicho de otra manera, su influencia estuvo siempre presente, pero el cuello de botella se disolvió, su equipo ganó en eficiencia y pudo llevar a cabo un liderazgo exitoso.

 

 

INFOGRAFÍA. 11 claves para aprender a delegar de forma efectiva