El 10 de mayo de 1994 Nelson Mandela se convirtió en el primer presidente negro de Sudáfrica.  El 5 de diciembre de 2013, falleció. Y hoy en día, casi una década después, su compromiso por la igualdad y por la transformación moral de las conductas humanas sigue brillando tras provocar una revolución en un país que, durante cerca de medio siglo, había estado gobernado en base a la segregación racial que dictaba el apartheid. Un legado que ha convertido a Mandela en eterno. En una personalidad de la que hay mucho que aprender. Incluso en el terreno laboral. Entre los distintos tipos de liderazgo, Mandela fue un paradigmático ejemplo de líder íntegro, carismático y tenaz; virtudes esenciales en el entorno laboral. Son muchas las lecciones que podemos aprender de los buenos líderes para mejorar en nuestro empleo. Dejando un puñado de lecciones que toda marca que aspire a trascender debe cuidar y que todo empleado debe seguir para responder a la constante pregunta: “¿Cómo mejorar mi trabajo?”.

 

Una capacidad innata en carisma

Mandela tenía la capacidad de conmover a una multitud. De provocar el silencio de los demás cuando él hablaba. De captar la atención gracias a su carisma. Liderando en lugar de dejarse liderar, proponiendo en lugar de quejarse. El carisma es un rasgo inequívoco de los líderes que crean una fuerza laboral motivada y comprometida. Así mismo, esta virtud nos ayuda a mejorar en el trabajo. ¿Cómo se puede trabajar el carisma?

  • Conectando con la gente.
  • Actuando rápido y con aplomo en la toma de decisiones.
  • Mostrando empatía y apelando a lo emocional ya que, por muy técnica que sea una tarea, siempre hay un equipo detrás.

Cómo mejorar mi trabajo a través de la integridad

Si por algo se le recuerda a Nelson Mandela, además de por su inequívoco liderazgo transformacional, es por su integridad. Mandela era un hombre honesto y respetado, que logró llevar a Sudáfrica a unas elecciones libres y justas. Con el fin de mejorar en el trabajo, debemos tener en cuenta que la integridad es un rasgo muy importante en los líderes para aumentar la motivación y el compromiso organizacional. Pero requieren un trabajo previo honesto y sin fisuras.

Solo cumpliendo las promesas, mostrando solidaridad con el proyecto y dibujando unos objetivos básicos e inequívocos que miren al equipo y no actúen de espaldas a él para mejorar los proyectos

Seguir adelante con tenacidad

La determinación por la consecución de los objetivos y la . Incluyendo ciertas dosis de flexibilidad para adaptarse a las circunstancias, pero con la tenacidad que requieren los grandes objetivos. Se trata de una receta exitosa que Mandela aplicó para no abandonar nunca sus ideales y que, a nivel laboral, puede aumentar la rentabilidad de la empresa. Como el propio Mandela resumió: “Después de escalar una montaña muy alta, descubrimos que hay muchas otras montañas por escalar”.

 

Valentía para asumir consecuencias

Comprometerse con el liderazgo transformacional para mejorar en el trabajo no siempre implica ser valiente en la toma de decisiones audaces, sino que también implica reconducirlas, admitiendo los errores cometidos para aprender de ellos y mejorar la estrategia. Porque acertar siempre en todo es algo científicamente imposible. El propio Mandela acuñó una vez que “A diferencia de algunos políticos, puedo admitir un error”. Y si algo se repite en cualquier empresa por muy diferente que sean sus ámbitos de actuación es que los jefes mal valorados tienen un rasgo en común: no admiten sus equivocaciones. Provocando enfrentamientos que impiden mejorar en el trabajo. Sin olvidar que la motivación del grupo depende en gran medida de la atención que se le brinda a cada profesional en sus necesidades e inquietudes personales y laborales.

 

Proactividad para mejorar mi trabajo… y el de los demás

La capacidad de reacción y de anticipación marcan la diferencia en cualquier ámbito. Conjugando la proactividad con la amplitud de miras, el éxito y la posibilidad de mejorar el trabajo están asegurados. A menudo el horizonte deseado cuando nos preguntamos cómo mejorar nuestro trabajo requiere de tenacidad y de paciencia, pero no cabe duda de que Mandela supo prever desde prisión los movimientos sociales que estaban forjándose. Así entendió que debía convertir el juicio al que se enfrentaba en un juicio al sistema de leyes del apartheid. La anticipación de movimientos permite minimizar los daños cuando tocan malos tiempos y ser el primero en sacar rédito en época de bonanza.

 

Ser toda una fuente de inspiración

El mayor logro de Mandela fue, posiblemente, ayudar a las personas a salir de una situación compleja y abrumadora a través de la comunicación y la cooperación. Un cambio fundamental en las actitudes, valores y creencias tarda mucho en afectar a la mayoría. Pero establecer expectativas realistas e inspirar y preparar a las personas para un proceso incremental de mejora y crecimiento es la forma más eficaz de motivar a su personal hacia un futuro más seguro, feliz y sin incidentes.

 

No olvidarnos de la escucha activa

Atender a los clientes y hacer que se sientan escuchados es una máxima de los negocios. Pero la lección se puede aplicar a los propios equipos. Si algo caracteriza a un líder es la capacidad para escuchar de forma activa. Y no solo por la integración al grupo que representa para el resto de los miembros, sino por la ayuda extra que conlleva a la hora de tomar decisiones y argumentarlas. Mandela sabía muy bien qué es lo que quería el pueblo sudafricano y su trabajo consistió en vertebrar esos anhelos en propuestas concretas, ganándose una base de apoyos y afinando la puntería con las líneas maestras a trazar. La escucha activa en el mundo laboral es determinante para optimizar la conciliación de los miembros de un equipo.

 

Las dimensiones que conforman el liderazgo transformacional de Mandela están fuera de toda duda. Y su influencia e impacto en la cultura organizacional y en la eficacia de la organización siguen siendo objeto de análisis y mejora para seguir perfeccionando el éxito empresarial en un contexto o situación determinada.

 

Fuentes: Tribe, The Association of Business Psychology, Forbes