A menudo los equipos de recursos humanos de las empresas se formulan este tipo de preguntas para estudiar y mejorar la relación con sus profesionales: ¿conocemos las necesidades de nuestra plantilla?, ¿seguimos las mejores estrategias para retener nuestro talento?, ¿somos una compañía donde las personas desean trabajar? Puede que antes del 2020 las respuestas que obtenían eran unas, pero ahora, después de todos estos meses de catarsis social, el panorama laboral ha cambiado. Y con él, las expectativas y deseos de los empleados también se han transformado. Si las empresas no quieren ser el obstáculo que impida su desarrollo y trabajan por convertirse en quienes lo impulsen, puede que estas sean algunas de las claves que deban tener en cuenta para conseguirlo.
¿Qué voy a leer en este artículo?
- Las nuevas expectativas de los empleados
- Flexibilidad
- Valores
- Gestión híbrida de equipos
- Aprendizaje constante
Las nuevas expectativas de los profesionales
Nuestra vida profesional durante el COVID-19 dio un vuelco. En algunos aspectos estábamos deseando volver a la antigua normalidad. Sin embargo, también queríamos mantener, al menos en batiente, alguna de las ventanas que se abrieron al cerrarse todas las puertas. Flexibilidad, trabajo en remoto, una nueva forma de organizar las tareas y el tiempo…
Según el estudio “Reelaboración del trabajo” de Atlassian las personas tienen nuevas expectativas y las empresas han de encontrar el modo de satisfacerlas.
Para su investigación, entrevistaron a más de 6000 trabajadores para conocer cómo se sienten a nivel profesional y qué esperan de su trayectoria. Hacía un año de la última encuesta, que contenía las mismas preguntas. Sin embargo, en esta ocasión, las respuestas fueron muy diferentes. Te contamos las claves.
Nadie quiere trabajar para un jefe rígido en una estructura aún más rígida
Uno de los factores que desencadenó la Gran Renuncia, durante la que los trabajadores en Estados Unidos dejaron sus empleos a un ritmo récord en 2021, fue el fin de la flexibilidad que había traído consigo la época de pandemia.
Según el estudio de Atlassian, la flexibilidad se ha convertido en un aspecto fundamental en la retención y atracción de talento. El 78 % de los encuestados aseguraron que quieren continuar con los acuerdos de trabajo flexibles y tener la opción de trabajar de forma remota.
“El 78 % de los encuestados aseguraron que quieren continuar con los acuerdos de trabajo flexibles”
Un dato que se complementa con el de la investigación que Atlassian realizó con PwC en la que más del 40 % de los trabajadores de EE. UU. están dispuestos a cambiar de empresa si eso significa que tendrán la opción de trabajar desde casa.
En otros artículos ya hemos hablado de cómo la flexibilidad se está convirtiendo en el ingrediente indispensable del panorama laboral. Para que funcione, esta ha de ser abierta, adaptable y debe tener en cuenta las preferencias de cada miembro del equipo. Siempre y cuando, por supuesto, garantice que el trabajo continúa realizándose de manera eficiente. No implica ni trabajar menos horas ni dejar de cumplir con los plazos previamente acordados por la empresa.
Existen múltiples modelos, aunque los que más están triunfando en cuanto a flexibilidad en el espacio son los modelos híbridos. Se trata de un sistema que aporta lo mejor de las dos opciones. Tiene los beneficios de trabajar desde casa cierto tiempo a la semana y también las ventajas de acudir a la oficina para interactuar con los compañeros y aprovechar los espacios que ofrece la empresa.
Una cuestión de valores
Otra de las expectativas profesionales que tienen los empleados es que quieren trabajar en empresas que compartan sus valores. Así lo señala la encuesta del estudio, donde el 49 % de los empleados afirmaba que dejaría su trabajo si fuese evidente que los valores de la empresa no están alineados con los suyos.
“El 49 % de los empleados dejaría su trabajo si los valores de la empresa no están alineados con los suyos”
La investigación destaca que los valores se han convertido en el verdadero nexo de los equipos de trabajo.
Cuando personas con diferente experiencia o conocimientos que trabajan desde ubicaciones distintas y tienen personalidades diversas comparten una serie de valores fundamentales. consiguen alcanzar el éxito en sus tareas. Mejora la comunicación, les mantiene motivados y consigue que se apoyen e impulsen los unos a los otros.
Optimizar los procesos para hacer más fácil el trabajo en remoto.
Hay que estar a la altura de las circunstancias. Si el panorama laboral evoluciona hacia la flexibilidad y los modelos híbridos, será necesario adaptar las tecnologías y los procesos de la empresa a estas nuevas realidades.
Muchas de las nuevas incorporaciones que han tenido lugar después de la pandemia se han realizado directamente en remoto. Algunos de estos nuevos empleados nunca han pisado la oficina ni han visto cara a cara a sus compañeros. En ciertos casos porque trabajan incluso desde otros países.
Digitalizar y optimizar los procesos teniendo en cuenta la distribución de los equipos es fundamental. El teletrabajo puede afectar a la relación con los compañeros y a la capacidad de trabajar en equipo. Desde las empresas, es importante facilitar herramientas que agilicen la comunicación y que hagan que esta sea fluida y espontanea. La tecnología ha demostrado ser un aliado imprescindible a la hora de diseñar estos nuevos espacios de trabajo.
Preguntar, aprender, probar y volver a empezar
Los profesionales quieren trabajar para empresas que evolucionen, se adapten y prueben cosas nuevas constantemente. Dentro del trabajo de los líderes está procurar que los miembros de su equipo evolucionen para poder garantizar una fuerza laboral comprometida y un negocio sostenible.
¿Cómo se consigue esto? Hablando con los miembros del equipo y escuchando sus expectativas respecto a qué políticas de flexibilidad consideran oportunas, poniendo menos énfasis en la gestión de tareas y más en la gestión de personas y manteniendo un enfoque en la salud mental y el bienestar.
También se trata de cumplir nuestras promesas porque hablar de flexibilidad, pero luego implementar políticas para restringirla, hace más daño que bien.
Pero lo más importante es tener claro que nadie tiene todas las respuestas. Así que las empresas no deberían tener miedo de preguntar, probar y experimentar para ver qué formas de trabajar funcionan para las personas que las conforman. Si las compañías ayudan a sus profesionales en su desarrollo profesional, la organización también prosperará.
Fuentes: