De los 193 países que hay en el mundo solo 10 están liderados por mujeres. Sin embargo, siete de esas mujeres aparecen como las jefas de Estado que mejor han gestionado la pandemia del COVID-19 a la que se enfrenta actualmente todo el planeta. 

A lo largo de la historia, el hombre se ha encargado de arreglar el mundo mientras que la mujer se encargaba de arreglar la casa. Sin embargo, pese a estar relegadas a un segundo plano en la sociedad y, especialmente, en la política, ha habido mujeres que han conseguido dejar la huella del liderazgo femenino impresa en la historia. Cleopatra, Juana de Arco o la reina Victoria I de Inglaterra son solo algunos de los nombres que reflejan que las mujeres, cuando alcanzan el poder, también saben de liderazgo. 

Eso fue lo que demostró Emmeline Pankhurst, la líder sufragista, cuando a principio del siglo XX empezó a hacer campaña para conseguir el voto para las mujeres en Reino Unido. «Hechos, no palabras», fue su lema. 

Una consigna que han emulado las siete mujeres que están al frente de algunos de los países que mejor están gestionando la pandemia del COVID-19. Desde el principio ofrecieron soluciones eficientes y se saltaron las fases de negación, ira y aceptación de la realidad que hemos visto atravesar a otros dirigentes mundiales. 

 

“Hechos, no palabras”

La forma en la que han actuado Alemania, Finlandia, Nueva Zelanda, Taiwán, Islandia, Dinamarca y Noruega se caracteriza por ofrecer a su país y a sus ciudadanos medidas efectivas, rápidas e inteligentes. Y ¿cuál es su denominador común? Que todos estos países están actualmente gobernados por mujeres. En los últimos días, medios como la cadena CNN o la revista Forbes -que publicó un informe basado en datos del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés)- aseguraron que las respuestas de estos países fueron las «mejores» frente a la pandemia. 

Las cifras avalan su capacidad de gestión. En Alemania, Angela Merkel activó todos los recursos sanitarios del país y movilizó a todas las empresas de biotecnología y a las facultades de medicina de las universidades alemanas. ¿El resultado? Proporcionalmente, Alemania tiene menos contagiados y muertos que cualquier otro de los grandes países de la Unión Europea. 

Destaca también la creatividad de algunas de las medidas orientadas a frenar los contagios. Erna Solberg, primera ministra de Noruega, organizó una rueda de prensa dirigida exclusivamente a los niños. Contestó a todas sus preguntas sin ocultarles nada y les explicó que era normal que tuvieran miedo y que era necesario tomar precauciones. A día de hoy, los niños son los principales aliados del gobierno a la hora de animar a sus familias al confinamiento y a ser precavidos. 

Sanna María, primera ministra de Finlandia y la jefa de Estado más joven del mundo, usó a los influencers de las redes sociales como agentes para sensibilizar a la población. Fueron los encargados de difundir masivamente la información facilitada por el gobierno. Actualmente, en ambos países la cifra de fallecidos apenas supera los 200. 

 

Mujeres al frente de empresas 

El liderazgo femenino tiene mucho que aportar a la toma de decisiones. Más allá del ámbito político, en el mundo empresarial las consecuencias positivas de incluir a las mujeres en los altos puestos ya son incontestables. Existen todavía duros techos de cristal, pero en los consejos de administración de las grandes compañías el porcentaje de mujeres ha aumentado paulatinamente hasta situarse en el 20,6%, según Credit Suisse Research Institute (CSRI). 

Y esta incorporación arroja datos y análisis muy interesantes. De acuerdo con la escuela de negocios IE, la presencia de mujeres en los equipos directivos conlleva por lo general un mayor compromiso social y un estilo de liderazgo más participativo. Además, tres de cada cuatro empresas que han promovido la presencia de mujeres en cargos directivos han registrado un aumento de sus beneficios del 5% al 20%, según un análisis realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Por no mencionar que las empresas resaltan que una mayor presencia femenina ayuda a atraer y retener a profesionales con talento, y produce mejoras en materia de creatividad e innovación.

No se trata de una lucha de sexos, sino de compartir puntos de vistas y poner en común diferentes formas de hacer las cosas. Si solo la mitad de la población toma decisiones, estamos dejando fuera todo lo que tiene que aportar la otra mitad. 

 

En situaciones de crisis, gestión femenina

Sin embargo, ¿por qué son precisamente las mujeres quienes están gestionando mejor la pandemia del COVID-19? Los psicólogos Michelle K. Ryan y Alexander Halsan afirman que las mujeres están más dotadas que los hombres para hacer buena política, en especial en situaciones críticas

En su estudio ‘Reacciones al precipicio: diferencias de género en las explicaciones de la precariedad de las posiciones de liderazgo de las mujeres’, estos expertos aseguran que el liderazgo masculino está más ligado a la gestión mientras que el liderazgo femenino está más vinculado a la crisis. Es decir, cuando las cosas se ponen feas, lo más probable es que las capacidades asociadas al estereotipo de género femenino sean las necesarias para salir a flote o mitigar los efectos del desastre.

 

La importancia del discurso y la capacidad de negociación

Otro factor que tiene en común la gestión de estas siete dirigentes es que han conseguido una gran unidad política tanto a nivel regional como nacional. Además, se han ganado  la complicidad de toda la sociedad, que se enfrenta a la crisis con una gran confianza en sus gobiernos.

Arjen Boin, politólogo de la Universidad de Leiden (Países Bajos), y autor de ‘The politics of crisis management’ (las políticas de la gestión de crisis) afirma que durante situaciones de crisis, aparte de poner en marcha las medidas pertinentes, es necesario desarrollar una narrativa adecuada. En condiciones adversas el mejor aliado para un líder es un relato convincente que sea asumido por el conjunto de la población y permita, por tanto, tomar decisiones difíciles con el beneplácito de los ciudadanos. 

Los discursos de estas dirigentes fueron coherentes desde el principio: no hubo exceso de optimismo ni retórica belicista. Todas ellas cayeron en la cuenta de la necesidad de actuar con determinación frente al COVID-19 y así se lo trasladaron a los ciudadanos de sus países. 

Cuando Merkel se dio cuenta de la gravedad de la crisis se dirigió al país con un discurso memorable: “Desde la Segunda Guerra Mundial, no ha habido un desafío para nuestro país que dependa tanto de nuestra solidaridad común. Se puede contagiar el 70% de la población. Esto va en serio, tomémoslo en serio”. De acuerdo con la cadena ZDF, el 90% de los alemanes considera que el gobierno ha hecho un buen trabajo durante la pandemia

Tal vez resulte apresurado sacar conclusiones pero, si algo ha demostrado el liderazgo femenino durante esta crisis es que, pese a ser flagrantemente minoritario, los mejores resultados para sus sociedades los han logrado ellas, las mujeres.

Fuentes: Credit Suisse, ResearchGate, El País, BBC, La Vanguardia