Si una antigua analista de la CIA, dedicada a la docencia universitaria, logra compaginar su ascenso a secretaria de Estado con su vida personal en la que tira de un marido y tres hijos en plena adolescencia… ¿por qué no lo va a conseguir el resto del mundo? De acuerdo, la historia es ficticia, con sello hollywoodiense para más señas, pero ‘Madam Secretary’, en emisión en Movistar +, puede aportar excelentes lecciones acerca del Work Life Balance.

Con consejos útiles que podemos aplicar en el trabajo para equilibrar ambos mundos en armonía, atendiendo a las necesidades de sus hijos adolescentes y sin abandonar las obligaciones de un cargo tan esclavo.

Vamos, que la protagonista lo mismo lidia con los profesores del colegio o con la limitación al uso de pantallas en el hogar, que te resuelve una crisis diplomática con China o aborta una huelga de los sindicatos agrícolas. Y sin apenas despeinarse, ni aparecer en el trabajo con un lamparón de una camisa mal lavada.

Lecciones de vida no tan infantiles

De acuerdo, no se trata del ejemplo más realista del que extraer conclusiones para la vida cotidiana. ¿Pero no es menos cierto que llevamos décadas transmitiendo de generación en generación las lecciones de vida de ‘El Rey León’, ‘Buscando a Nemo’ o ‘Dumbo’? ¿Acaso tiene más credibilidad Disney que la CBS o Netflix? No hace falta que respondan todavía, no vaya a ser que el niño que llevamos dentro acabe hecho añicos. Porque, aunque ahora pueda resultar incómodo reconocerlo, poca gente se ha resistido a aconsejar alguna vez el ‘Hakuna matata’ de Simba, la valentía de Dory para salir de su zona de confort, o el valor del esfuerzo del pequeño elefante orejudo. Consejos perfectamente aplicables para el mundo laboral.

 

Karoshi o cómo la ficción nos enseña el equilibrio entre la vida personal y la profesional

Más radical y directa es la propuesta japonesa de Watashi, Teiji de Kaerimasu, traducida como ‘¡No trabajaré horas extras, punto!’. Una serie en la que, sin preámbulos ni artificios, se narra la determinación de su protagonista por derribar la cultura japonesa del presentismo y salir de la oficina cuando las agujas del reloj marcan el fin de la jornada laboral a las 18.00 horas en punto, para pasar más tiempo con la joven de la que está enamorado.

La lucha por el amor contra viento y marea tiene más adaptaciones al cine y la televisión que los viajes iniciáticos (‘Easy Rider’, ‘Thelma y Louise’…) o las historias Ícaro de ascenso a los cielos y descenso al infierno (‘Toro salvaje’, ‘Boardwalk Empire’…). Pero en este caso incluye una vertiente concienciadora repleta de consejos prácticos para el trabajo como vacuna ante un tema trágicamente arraigado en la cultura nipona y que figura como uno de los principales objetivos a derribar por el Work Life Balance: La muerte por Karoshi, a causa del exceso de trabajo. Un mal que según el Consejo Nacional en Defensa de las Victimas de Karoshi, alcanza las 10.000 víctimas anuales, cifras muy similares a las víctimas en accidentes de tráfico.

 

Aprendizaje inverso: lo que no hay que hacer

En España, o en Europa, las series didácticas o de conciencia social apenas tienen cabida, salvo excepciones como ‘Centro médico’ en RTVE, y desde luego desconocen el éxito de audiencias. Pero si cambiamos la perspectiva del propósito, enfatizando lo que no hay que hacer, ahí hay donde elegir. Empezando por ‘The Office’, que antes de alcanzar el éxito con su versión norteamericana, tuvo una precuela en el Reino Unido.

Aprovechándose del realismo que le confiere el hecho de estar rodada en falso documental, ‘The Office’ indaga hasta la vergüenza ajena en aspectos tan cotidianos en una oficina como la soledad de los inadaptados, la aceptación de los nuevos, el egoísmo de la competitividad, la tiranía de los jefes de área o el imperio del miedo de la dirección. Ensañamientos sobre terceras personas que, por su hilarante exageración, permiten extraer un buen puñado de aprendizajes inversos sobre cómo no actuar y que bien podrían conformar el decálogo de buenas prácticas y consejos de cualquier empresa:

  • Hay un momento adecuado para todo y cada persona se mueve a su propio ritmo, por lo que no que, respetándolo, se equilibra mejor el peso de la vida laboral y la personal.
  • El que no toma riesgos no se equivoca, pero tampoco acierta. Y muchas soluciones a nuestros problemas pueden partir de nosotros mismos.
  • La risa y la diversión lo suavizan todo desterrando las malas vibraciones que nos hacen aborrecer el trabajo y fomentar la procrastinación.
  • El trabajo no es una condena en la que perder la felicidad y arrastrarla a nuestro hogar.
  • Calentar la silla llegando el primero y marchando el último no te va a hacer heredar la empresa.

La audacia de los guionistas de llevarlo todo al histrionismo hace resaltar todo lo negativo que vemos en los demás y que tanto se tarda en reconocer en uno mismo. Hasta las frases más disparatadas contienen una pequeña enseñanza como esta sobre el trato con los subordinados. “¿Si prefiero ser temido o amado? Fácil. Ambas. Quiero que la gente tenga miedo de cuánto me ama”.

Fuentes: Digital Commons, Career Addict, BBC