Tu jefe se ha levantado con el pie izquierdo y, aunque aún no os ha dicho nada, se nota en el ambiente. La atmósfera se siente tensa y pesada, y parece que todo el mundo se comporta extremando precauciones para no decir o hacer algo que pueda empeorar la situación.

La gente se esfuerza más por intentar no molestar que por hacer bien su labor. Así es cómo, según diversas investigaciones, nos afecta el mal humor de los líderes en el trabajo: la creatividad comienza a desvanecerse y la productividad disminuye.

¿Qué voy a leer en este artículo?

 

¿Cómo influye el mal humor de un líder en el trabajo de su equipo?

Cuando Marta quiso buscar un nuevo puesto tuvo muy claro que un requisito fundamental era que hubiese un buen ambiente en la oficina. “Recuerdo a mi antiguo jefe siempre gruñendo o hablando de manera despectiva”, cuenta de su antigua empresa. “Me hacía sentir insegura y estresada en el trabajo.  Me costaba concentrarme y no sentía motivación por hacer las cosas bien”.

Como ya tratamos en este artículo, trabajar con personas que están de mal humor o que no gestionan bien sus emociones negativas puede afectar tanto al desempeño del individuo como al del resto del equipo.

Además, según datos del último informe de Gallup sobre el estado global del workplace, un 44 % de quienes están pensando en cambiar de trabajo, reconsiderarían su decisión si se mejorasen aspectos relacionados con la cultura organizacional como una comunicación más cercana y abierta con los líderes o un ambiente donde las personas se respetasen más unas a otras.

 

“Un 44 % de quienes están pensando en cambiar de trabajo, reconsiderarían su decisión si se mejorasen aspectos relacionados con la cultura organizacional” de su empresa.

 

Diversas investigaciones han descubierto que las emociones influyen no solo en el bienestar y el compromiso de los empleados, sino también en los resultados empresariales, como la productividad y la rentabilidad. Consecuencias que afectan tanto a las empresas más pequeñas como a las organizaciones más grandes, y son relevantes para todo el mundo, desde el equipo directivo hasta los empleados de primera línea.

 

La epidemia de las emociones: ¿es posible contagiar el mal humor en el trabajo?

El mal humor en el trabajo y las emociones negativas  en general forman parte del abanico de sentimientos que experimentamos las personas, son intrínsecas a nuestra propia naturaleza. Y no, no por tener un equipo a nuestro cargo o un puesto con más responsabilidades vamos a sentir menos. De hecho, esa carga extra puede estresarnos y provocar esos estados de ánimo negativos que repercuten sobre el ambiente general de la organización.

Además, ¿sabías que el mal humor puede contagiarse? No hace falta discutir para que ocurra. Es algo relacionado con las neuronas espejo. Nuestro cerebro capta las señales faciales y las interacciones de los demás para comprender qué sucede, para ser más empáticos y para coordinarnos con el resto, como explica la pionera en este campo, Elaine Hatfield, de la Universidad de Hawái.

Es similar a lo que ocurre con los bostezos. Vemos a alguien bostezar y de forma inconsciente, casi mecánica, le imitamos. En muchos sentidos, con las emociones funciona del mismo modo. Con la gran diferencia de que un bostezo apenas dura unos segundos, mientras que, cuando nos contagiamos de las emociones de otra persona, estas permanecen con nosotros. Nos las llevamos de casa a la oficina y viceversa, corriendo el riesgo de traspasárselas a otras personas, como si fuesen un virus.

Pero, por suerte, esta conexión también se da con las emociones positivas. Por lo que el buen humor también puede contagiarse. Tal y como mencionan en este artículo del El País, si nos rodeamos de personas que son felices, tenemos un 25 % más de probabilidad de ser felices nosotros mismos. Sin embargo, según Brandon Smith, consultor y terapeuta experto en bienestar en el trabajo, las emociones negativas producen un efecto mucho más contagioso.

cartel buen humor

 

“Por suerte, el buen humor también se contagia.  Si nos rodeamos de personas que son felices, tenemos un 25 % más de probabilidad de ser felices nosotros mismos ”.

 

En esta charla TED de 2016, Brandon Smith analiza el contagio emocional negativo y positivo en el lugar de trabajo. El experto afirma que son los líderes quienes transmiten las emociones con más fuerza al resto del equipo y que es más probable que suceda con emociones negativas.

El antídoto para el experto no es otro que difundir una mayor cantidad de emociones positivas. El líder debe posicionarse como un “impulsor emocional positivo” para los demás en el trabajo y ofrecer al menos tres cosas positivas (en forma de sonrisas, comentarios positivos, felicitaciones, etc.) por cada expresión negativa que se comparte (una crítica, un ceño fruncido, etc.).

 

Reflexiones sobre cómo fomentar una cultura emocional positiva en la organización

El mundo necesita mejores líderes. Personas capaces de comprender cómo el bienestar emocional y una cultura organizacional sana pueden ser los cimientos para el éxito de la empresa.

Sigal Barsade, que actualmente es titular de la Cátedra de Gestión Empresarial Joseph Frank Bernstein en la Wharton School de la Universidad de Pensilvania, estudia el bienestar de las personas a través del comportamiento organizacional.

 

“Los líderes son quienes transmiten las emociones con más fuerza al resto del equipo y que es más probable que suceda con emociones negativas”.

 

A través de su investigación, Barsade ha descubierto que la cultura emocional de una empresa se comunica, realmente, de manera no verbal: en las expresiones faciales, el tono de voz y el lenguaje corporal de las personas.

Los expertos solían pensar que el hecho de no poder expresar exactamente cómo te sientes puede producir burnout y agotamiento emocional. Pero investigaciones más recientes han demostrado que, en realidad, eso depende de cuáles son las emociones que se expresan o se reprimen. Por ejemplo, cuando amplificas las emociones positivas, tienes menos agotamiento emocional. De alguna forma, lo que propone Barsade es “finge hasta que lo sientas”. Las emociones negativas tienen una función protectora realmente importante: ayudan a poner de manifiesto problemas o la necesidad de combatir una injusticia, apunta la investigadora en esta entrevista de Harvard Deusto, y son un factor que motiva a las personas a resolver situaciones adversas.

jefe de mal humor

Expresar y sentir emociones negativas acerca de situaciones concretas y luego pasar a resolverlas es vital para el éxito de una empresa. Pero es importante recordar que las emociones positivas suelen ser mucho más productivas. Estas pueden impulsar la motivación, la colaboración y la creatividad entre los equipos.

Un ambiente donde se fomentan las emociones positivas en lugar del mal humor en el trabajo puede resultar en un aumento en la satisfacción laboral, la productividad y la retención de empleados. En última instancia, esto puede llevar a mejores resultados para la empresa. Por lo tanto, aunque las emociones negativas no deben ser ignoradas, es esencial cultivar un clima laboral positivo y alentador.

 

Fuentes: