¿Tenemos prejuicios a la hora de hablar de la salud mental en el trabajo y de mostrar nuestras emociones en un entorno que es esencialmente profesional?  Ahora, más que nunca, afrontar las realidades emocionales singulares y únicas de cada persona comienza a ser un imperativo si las empresas quieren crear una cultura organizacional sana y segura para todos. Apoyar el bienestar mental es bueno para la cultura de la organización  y para construir una sociedad más sana y empática.

¿Qué voy a leer en este artículo?

 

¿Qué es la salud mental en el ámbito laboral?

Atravesamos tiempos convulsos. La inestabilidad económica, social y geopolítica sigue afectando a nuestra salud mental colectiva. Muchos de nosotros estamos estresados en este momento, y no solo por haber atravesado una pandemia, ser testigos de graves conflictos internacionales, los efectos del cambio climático o por las consecuencias de la inflación.

Afrontamos un momento particularmente abrumador de la historia al mismo tiempo que, en nuestro fuero interno, lidiamos con nuestras propias tensiones y preocupaciones personales. Sin un apoyo eficaz, nuestra salud mental en el trabajo se puede ver comprometida y afectarnos a nivel personal y profesional.  En anteriores artículos ya vimos cómo el bienestar está relacionado con la tranquilidad y la satisfacción que siente una persona en su vida.

En el ámbito profesional, los riesgos para la salud mental pueden estar relacionados con el contenido del trabajo o el tipo de relaciones que mantenemos con nuestros compañeros o nuestro superior. También tienen que ver con las características específicas del espacio laboral o las oportunidades de desarrollo profesional.

Pero además, el entorno laboral también puede amplificar cuestiones que afectan negativamente a la salud mental, como son la discriminación o la desigualdad basadas en factores como la raza, el sexo, la identidad de género, la orientación sexual, la discapacidad, el origen social, la religión, la edad, etc.

Para conocer más a fondo el impacto que la situación actual está teniendo en los trabajadores, Deloitte realizó una encuesta a más de 23.000 personas de 46 países diferentes y los resultados concluyeron que:

* El 46 % de la Generación Z y el 45 % de los millennials se sienten agotados debido a la intensidad/exigencias de sus entornos de trabajo.

edificio ladrillo rojo con cartel how are you feeling como te sientes salud mental

* El 44 % de la generación Z y el 43 % de los millennials dicen que muchas personas han dejado recientemente su organización debido a la presión de la carga de trabajo.

* En ambos grupos, más de la mitad están de acuerdo en que su organización habla más sobre salud mental ahora. Sim embargo, esto no ha resultado en ningún impacto significativo en los empleados.

* También en ambos grupos, alrededor del 35 % de los encuestados dijeron que no se sentirían cómodos hablando abiertamente con su jefe directo sobre sentirse estresados o ansiosos o sobre otros problemas de salud mental.

 

“El 46 % de la Generación Z y el 45 % de los millennials se sienten agotados debido a la intensidad/exigencias de sus entornos de trabajo”

 

El contexto social y económico que vivimos está obligando a las compañías de todo el mundo a cambiar el enfoque de lo que se entendía por bienestar. Fortalecer la salud mental de los trabajadores es el gran reto de los próximos tiempos. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, 12 mil millones de días de trabajo se pierden cada año solo por depresión y ansiedad. Dos condiciones que le cuestan a la economía mundial 1 billón de dólares cada año, principalmente por la reducción de la productividad.

 

¿Es posible cuidar la salud mental en el trabajo?

Una investigación de Sonder sobre el bienestar de los empleados descubrió que el 80 % de los encuestados aseguraban abrirse más sobre sus emociones o preocupaciones cuando los líderes hablaban de las suyas propias. Y el 92 % señaló que el apoyo a la salud mental y el bienestar era un factor importante a la hora de considerar un cambio de empresa.

Aunque las organizaciones han respondido con iniciativas como aplicar un modelo de  liderazgo emocional, medidas de flexibilidad laboral o crear espacios de trabajo que cuiden del bienestar de los empleados, todavía se puede hacer más para procurar entornos laborales seguros y saludables.

 

Cambio en la cultura organizativa (de arriba abajo)

Se trata de un reto nada sencillo de alcanzar. No solo porque las empresas sean capaces o no de darle la importancia que verdaderamente tiene el bienestar de los trabajadores, sino porque, aunque esa parte sea articulada con acierto, cada persona es diferente a la hora de manifestar, cuidar, comprender su propia salud mental y de entender sus necesidades. Es decir, el desafío está en identificar y dar nombre a las emociones, y también en diseñar estrategias que trabajen los problemas a largo plazo.

Por eso, que los líderes consideren la salud mental en el trabajo como una prioridad organizativa y establezcan mecanismos que les ayuden a conocer cómo se encuentran los miembros de su equipo puede ser una de las claves de la cuestión. Cuando los gerentes procuran ser abiertos y compartir su experiencia personal suelen ser capaces de fomentar un entorno de confianza y transparencia.

 

“El 92 % de los empleados señaló que el apoyo a la salud mental y el bienestar era un factor importante a la hora de considerar un cambio de empresa”

 

El miedo y la vergüenza suelen ser dos obstáculos a la hora de hablar de cuestiones emocionales o estados de ánimo en el trabajo. Conseguir una cultura organizacional donde se puedan tratar estos temas libres de estigmas conseguirá que se aborden los problemas de salud mental de forma más efectiva, previniendo que den lugar a situaciones más complejas.

 

Garantizar un trabajo más flexible

Un componente crítico es cómo se aborda la flexibilidad. Esta se ha convertido en un ingrediente indispensable a la hora de compaginar la vida laboral y personal. Muchos empleados encontraron el equilibrio que necesitaban gracias a las diferentes formas de trabajo flexible que han ido instaurando las organizaciones, como el trabajo hibrido o los sitios calientes.

Una encuesta de Salesforce de 2021 mostró que el 60 % afirmaba que el bienestar psicológico y físico encabezan la lista de razones por las que preferían un modelo de trabajo híbrido.

equilibrio mujer meditando trabajando salud mental cuidados

Pero no solo vale con instaurar la flexibilidad, también hay que regular cómo se aplica. Es necesario promover políticas que garanticen autonomía, establezcan límites y creen normas en torno a la comunicación, la capacidad de respuesta y la urgencia para construir una cultura mentalmente sana.

 

Las relaciones y los vínculos en el entorno profesional son clave

Desde un sencillo “¿cómo estás?” a fomentar interacciones significativas entre los miembros del equipo. Ya sea que las personas trabajen desde casa o la oficina, las empresas pueden favorecer la colaboración y la socialización entre compañeros, y también con los gerentes. La empatía y la autenticidad son vitales a la hora de abordar cómo se encuentran las personas del equipo y las relaciones laborales que caracterizan al grupo.

Los entornos de trabajo seguros y saludables no solo son un derecho fundamental, sino que también es más probable que minimicen la tensión y los conflictos en el trabajo y mejoren la retención del talento, el rendimiento laboral y la productividad.

Problemas como el estrés, la ansiedad o la depresión han estado vinculados a las organizaciones desde hace décadas. Abordar la salud mental en el trabajo, hablar sobre ella y poner en práctica medidas que ayuden a garantizar el bienestar de los empleados será primordial para conseguir una cultura organizacional y una sociedad más sanas.

 

Fuentes: