Cada diez o quince años, el mundo parece dar una vuelta de 180º y cambian los hábitos, las costumbres, la personalidad de los recién nacidos. Actualmente vivimos la revolución generacional incluso en el entorno profesional. Diferenciar a los millennials, la generación Z en el trabajo, incluso a los Jones o Generación X, es una solución a los cambios de nivel mundial. Una solución útil, además, para las empresas y el mercado laboral.

Lo primero que queremos decir, antes de ver las similitudes de estas generaciones, es que la excepción hace la regla. Una persona del año 85 puede no corresponder con el estereotipo centennial, y sin embargo uno de los años 60 sí. Pero sí son un grupo que han compartido un mismo momento histórico, cultura y hasta incluso valores. Esto explica que, por ejemplo, según el informe “Hábitos de consumo” del IAB, los millennials prefieran la TV conectada, mientras que los Jones prefieren usar la tablet. Aspectos comunes que también podemos encontrar en el ámbito profesional.

Generaciones X, Y, Z en el trabajo

Antes de empezar, ¿sabes realmente los años en los cuales se comprende cada generación? Aunque nadie consigue ponerse de acuerdo, si podemos indicar que:

  1. La generación baby boomer, son los nacidos entre 1950 a 1970.
  2. La generación X, Jones, son los nacidos entre 1970 a 1982.
  3. La generación Y, Millennials, son los nacidos entre 1982 a 1996.
  4. La generación Z, Centennials o Nativos digitales, son los nacidos entre 1997 a 2010.
  5. La generación T, touchers, son los nacidos de 2010 hasta la actualidad.

En los tramos de tiempo también se encuentran excepciones, sobre todo en los límites entre una generación y otra. Un millennial nacido en 1994 tendrás más cosas en común con un nativo digital del 98 que con otro millennial de 1983. ¿Qué motiva a estos grupos para permanecer en un puesto de trabajo? ¿Qué hacen las empresas para retener el talento?

La generación que lo empezó todo

Antes de hablar de las tres generaciones que aún son un reto profesional debemos mencionar a los baby boomers, la generación anterior a la X. Llamados así por el despunte en natalidad que hubo tras la Segunda Guerra Mundial (nacieron a partir de 1950) e influenciados por sucesos de la Guerra Fría, una etapa de estrés político. Son los primeros en romper las estructuras tradicionales de trabajo, por lo que las generaciones posteriores le deben mucho.

La motivación profesional de esta generación, dada su edad, es encontrar estabilidad laboral y seguridad en su entorno profesional. Están acostumbrados a trabajar por años en un mismo sitio, por lo que son considerados fuertes activos de una empresa.

X, la generación que gana en experiencia

Debido a las circunstancias sociales que han vivido, como la ruptura con la tradición y la lucha por las nuevas enfermedades crónicas, este grupo se ha adaptado, y se adapta, a todo lo que haga falta.

Los Jones, o Generación X, tiene la suerte de ser mayoría en el mercado laboral y ocupar los principales cargos directivos y de responsabilidad media. Son hijos de conservadores, pero también de padres que rompieron con lo establecido. Y aunque las otras dos generaciones son las que han conquistado el adjetivo techie, los X son los que han vivido el auge digital desde los años 90, adaptándose a las novedades tecnológicas que fueron llegando.

Si algo caracteriza a esta generación es que no temen los cambios extrínsecos a ellos, incluidos aquellos del entorno laboral. Saben adaptarse eficientemente a un cambio de dirección, de filosofía empresarial o de modelo de negocio. Mantener a un Jones es mantener un activo fiel: sus logros son los logros de la empresa.

Y, esa generación que necesita tener voz

La generación Y ha tenido la necesidad de incorporarse a un mercado laboral en plena crisis económica. Eso les ha hecho desconfiados por un lado, pero preparados y emprendedores por el otro.

Mientras que los anteriores veían los logros de un equipo como propios, la característica más importante de los millennials es su individualización. El reconocimiento de sus actos debe ser suyo, y si no lo reciben sufren insatisfacción profesional. Para la generación Y el reconocimiento no se mide en años de experiencia. Las empresas que quieran contar con esta generación deben saber que en 2020 serán el 35% de la fuerza laboral, una cifra que demuestra su inminente importancia.

Estos jóvenes de entre 20 y 35 años buscan un trabajo donde puedan tener voz, y se tengan en cuenta sus circunstancias personales. Esto se consigue ofreciendo flexibilidad horaria, una dinámica de trabajo acorde a sus intereses y transparencia en la comunicación de las tareas. Saben que son útiles, pero quieren que se valoren sus competencias y capacidades profesionales de vez en cuando.

El dilema de la generación Z en el trabajo

Expuestos a la digitalización desde su nacimiento, los centennials también vivieron la crisis económica (a través de sus padres y familiares) y eso los convierte en pragmáticos, menos idealistas.

Dada su edad, aún es pronto para determinar con exactitud qué buscan los centennials en su futuro puesto de trabajo. Pero su pasión por la tecnología y la multipantalla nos advierte que su futuro empleo tendrá mucho que ver con el entorno digital. Son los próximos en incorporarse al mercado laboral y, siguiendo la tendencia de la generación anterior, buscan trabajos que les permitan flexibilidad.

También han demostrado grandes capacidades para trabajar en equipo, y una preocupación por la responsabilidad social de las empresas. Comprometida con el medio ambiente, la causa social y un desarrollo económico eficiente, los tres ejes de la sostenibilidad. Las compañías que no se comprometan con el futuro no conseguirán retener este talento emergente.

Y los que vendrán

Y no podemos dejar de lado a los que están por venir, la generación T. También llamados Z2 (aunque en menor uso) son los nacidos en 2010 hasta la actualidad. Nacidos en un mundo globalizado e hiperconectado, expertos en usar su tacto (de ahí el nombre, Touch) en dispositivos digitales. Se les considera impacientes, con vagas fronteras entre lo público y lo privado, y con atención limitada. En diez años empezarán a incorporarse en el mundo laboral, y conocer sus características será clave para conquistar sus sentidos, su mente y su compromiso.

Un auténtico reto profesional futuro pero que ya debería importar en el presente. ¿Debemos incorporar el táctil (tablets, smartphones o weareables) a la jornada laboral? ¿Simplificar las tareas más analógicas, priorizando las digitales?

La pelota en el tejado de las empresas

Una vez conquistada la mente de la generación X, parece que el reto sigue siendo conquistar el corazón de millennials y centennials. ¿Por qué el corazón? Porque estas generaciones se mueven más por la emoción, por la motivación profesional y por la autorrealización. Y no olvidemos que son una fuerza inminente en el mercado laboral: sus características y necesidades pronto serán una prioridad.

Fuentes: IAB, La Vanguardia, BBVA, Entrepreneur, Forbes

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