Establecer un entorno en el que los empleados sientan precisamente que pueden disfrutar de ese despliegue personal a partir de su singularidad e identificarse con lo que hacen exige capacitar a los líderes, eliminar las barreras culturales y los puntos ciegos, y responsabilizar a los gerentes en la creación de una cultura organizacional abierta, diversa e inclusiva.
El poder de las conversaciones difíciles
Las conversaciones sobre temas sociales delicados no son la distracción divisiva y polarizadora que los managers podrían temer. Entre los encuestados que tienen conversaciones sociales en el trabajo, los aspectos positivos superan a los negativos. Hablamos, por ejemplo, de una mejor comprensión de los colegas, un entorno de trabajo más abierto e inclusivo y una mayor empatía.
Algo que se da en mayor medida entre los jóvenes trabajadores. De acuerdo con PwC, el 69 % de encuestados de la generación Z y los millennials tienen conversaciones con colegas sobre temas como los derechos civiles, la injusticia racial y la igualdad de género, en comparación con el 55 % de los baby boomers.
Sin duda, apoyar y alentar conversaciones delicadas no es fácil. Los líderes tienen la oportunidad única de fomentar el diálogo honesto y abierto dentro de sus organizaciones proporcionando plataformas de apoyo y sin prejuicios. Esto requiere establecer normas claras y proporcionar los recursos necesarios, pero también obliga a los altos ejecutivos a salir de su zona de confort animándolos a abordar conversiones difíciles fomentando la escucha activa.
Participando ayudarán a aportar significado, humanidad e impacto social al lugar de trabajo demostrando que también están allí para aprender de la realidad y los puntos de vista de los demás.
Las empresas están invirtiendo en su gente, pero ¿suficiente?
Los trabajadores más jóvenes están enviando una señal clara a los líderes de que quieren más capacitación y desarrollo, particularmente en nuevas habilidades técnicas y digitales. Pero, según PwC, la proporción de empresas que dan estos pasos sigue siendo baja.
“Los trabajadores más jóvenes están enviando una señal clara a los líderes de que quieren más capacitación y desarrollo”.
Solo el 40 % de los empleados dijo que su empresa está mejorando sus habilidades, y apenas un 26 % afirmó que su organización está facilitando el trabajo a través de la tecnología. Los trabajadores más jóvenes tienen muchas más probabilidades de cambiar de trabajo cuando no les enseñan las habilidades técnicas o digitales necesarias para avanzar en su carrera: el 44 % de la generación Z y el 43 % de los millennials mencionaron esto como una de sus tres principales preocupaciones, en comparación con el 29 % de los baby boomers.