Pasamos más de un tercio de nuestro día en el trabajo, incluso lo podemos llegar a considerar nuestra segunda casa. Y nuestro hogar ha de ser un sitio donde estemos a gusto. El ‘buen rollo’ laboral nos ayuda a mantenernos activos, interesados y optimistas. Por eso, cada vez más  profesionales se preguntan cómo pueden ayudar a conseguir un buen ambiente de trabajo.

Un buen ambiente de trabajo, una necesidad mental y social

Según un informe de la Organización Mundial de la Salud, la depresión y la ansiedad hacen perder a las compañías mil millones de dólares en productividad. Un dato que interesa a los directivos, pues puede ser un factor clave que no se descubre de un primer vistazo.

Las empresas son conscientes de que un clima laboral positivo influye activamente en la productividad de sus trabajadores, por eso son muchas las que llevan a cabo acciones que fomenten el compañerismo y la confianza de su plantilla.

Así, las corporaciones son responsables de una parte de este proceso. Pero no debemos olvidar que son los trabajadores los impulsores y benefactores últimos de este buen ambiente en el trabajo. Y, ¿qué puedes ganar fomentando un ambiente agradable? Lo primero y más importante, que ya mencionaba el informe de la OMS: salud mental. Es muy complicado mantenerse al 100% de tus capacidades si cada día de trabajo es visto como un trámite desagradable.

Las personas capaces de mantenerse alegres y productivas normalmente han tenido la suerte de desarrollarse en ambientes laborales sanos y participativos. Además, ser visto como una persona con actitud, resolutiva y con compañerismo es sin duda una de las aptitudes que más valoran las empresas. Y es que, ¿quién quiere trabajar con alguien sumamente problemático? Por muy bien que desarrollen su trabajo, nadie quiere una persona tóxica a su lado.

Otras ventajas de conseguir un buen ambiente en el trabajo

Además del aumento de productividad que genera para las empresas estar en un buen ambiente de trabajo, esto mejora muchos otros aspectos más cercanos al profesional:

  • Sinergias para aprender y mejorar. Gracias a trabajar mejor con tus compañeros, vas a fomentar una “triple amenaza positiva”: encontrarás ideas nuevas y vueltas de tuerca a lo ya establecido, mejorarás tus habilidades profesionales gracias a otros conocimientos e incluso puedes descubrir nuevos horizontes que antes no habías valorado.
  • Menos riesgos laborales. Según una encuesta del Eurobarómetro, más del 50% de las personas activas con empleo consideran el estrés como un riesgo laboral de importancia. Y un ambiente óptimo disminuye ese nivel de estrés, por lo que tu salud (física, social y mental) mejorará. Y, además, disminuye costes a las compañías (sanitarios y en días de trabajo perdidos).
  • Autorrealización. La teoría de la pirámide de Maslow divide las necesidades humanas en cinco niveles. El último, que solo se satisface cuando hemos superado los cuatro anteriores, es sentirnos realizados hacia nosotros mismos. Pues un buen ambiente de trabajo nos ayuda en todos los niveles, y nos facilita el camino a la cúspide.
  • Seguro que te interesa hacer nuevos contactos dentro de otros departamentos. Pues una de las ventajas principales de convivir en un buen ambiente de trabajo es que hay mayor accesibilidad a perfiles diferentes. Y no solo analógicamente, también por redes sociales como LinkedIn es más sencillo contactar si nos recomienda un tercero.

Antes de lanzarte, reflexiona

Previamente a saber cómo puedes mejorar el ambiente de trabajo entre tus compañeros debes observar y evaluar qué tipo de ambiente generáis actualmente. Es posible que así detectes las fortalezas y debilidades del mismo, así como el alcance de tus capacidades para mejorarle.

Un entorno requiere de un tiempo indeterminado para adaptarse a nuevas situaciones y responder a ellas, aunque es cierto que en estructuras grandes el proceso es más lento, y suele ser más duradero. Pero recuerda: el granito que aportes, al final, hace montaña.

¿Cómo puedo ayudar yo a conseguir un buen ambiente en el trabajo?

Te lanzamos algunas propuestas para pasar a la acción:

  • Respetar. Valorar a cada uno de tus compañeros y escuchar sus ideas sin desprestigiarlos en ningún caso. El respeto debe ser la base de todas las relaciones que se establezcan. Más aún  en un ambiente de trabajo.
  • Tener capacidad de liderazgo. Ser líder no está reñido con ser un buen compañero, es más, en muchas ocasiones, tener la capacidad de ‘tirar del barco’ y organizar a tus compañeros supondrá el límite entre ser ‘uno más’ o destacar. Además, convertirte en líder también facilitará la labor de tus compañeros, que seguirán tu espíritu inquieto e innovador.
  • Reconocer el trabajo ajeno. Presumir en exceso de logros no suele ser muy buena táctica para avanzar profesionalmente. Si, además, se hace a costa de ideas ajenas, esta actividad puede convertirte en la persona tóxica de la oficina. Frente a ello, reconoce siempre el mérito de tus compañeros, y alaba sus buenas prácticas. Identificar y reconocer el trabajo de los demás dice mucho sobre la confianza en ti mismo y empatía hacia los demás.
  • Demostrar autonomía. Lo que no quiere decir no pedir ayuda. Debes ser lo suficientemente autónomo como para organizar tu propio trabajo. Pero esto no implica que no debas pedir ayuda. Hacerlo supone un acto de confianza en tus compañeros y ayuda a mejorar el ambiente de trabajo.
  • Ser agradecido. Todos necesitamos a un compañero en algún momento dado. Reconocer con humildad nuestras debilidades y agradecer su ayuda te convertirá en una persona respetada en tu oficina y reforzará la autoestima de nuestros compañeros.

Y una última máxima: valora al resto de tus compañeros como te gustaría que te valorasen a ti.

Fuentes:

El País, Expansión, OMS

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Buen ambiente de trabajo