Prestigiosas entidades públicas y privadas coinciden en el análisis que hacen sobre el impacto laboral de los últimos adelantos tecnológicos -digitalización, robótica, etcétera- y de aquellos que se encuentran actualmente en fase embrionaria: la emergencia de nuevas competencias -algunas de las cuales ya son valoradas en los procesos de selección de personal- irá ligada cada vez más a una transformación casi absoluta del mercado de trabajo.

Así, mientras el Foro Económico Mundial prevé que un tercio de las habilidades de los empleados con mayor demanda cambiarán en 2020, varios estudios realizados señalan que entre el 75% y el 85% de las profesiones que existirán hacia el año 2030 todavía no existen.

Esta revolución vendrá de la mano del imparable desarrollo de la digitalización y de la inteligencia artificial. Esta última provocará, según el informe Sizing the Price de PwC, la sustitución de millones de puestos de trabajo que serán reemplazados por una cifra similar de otros de nuevo cuño.

Además del peso que tendrán las nuevas tecnologías en la captación de talento, el factor humano seguirá siendo de gran importancia para la plantilla de las empresas. Para cubrir esos puestos de trabajo del futuro más próximo se necesitarán personas con gran capacidad de análisis y de interpretación de la información y con pensamiento táctico y estratégico. También se beneficiarán de las posibilidades futuras del mercado laboral, tal y como apunta un estudio de McKinsey & Company, aquellos profesionales que aporten determinadas habilidades cognitivas, sociales y emocionales capaces de incrementar la productividad. Pero, ¿cuáles serán las ofertas que podremos ver hacia finales de la década próxima en los portales de búsqueda de empleo o en la sección de Recursos Humanos de las empresas? Además de las grandes oportunidades que traerán consigo la robotización, la digitalización y el big data, los niños que van al colegio en la actualidad tendrá un futuro prometedor en áreas como el medio ambiente, la sanidad, las energías alternativas, los servicios demandados por el colectivo de la tercera edad, así como en el sector cultural y creativo.

Ya hay quien se atreve a poner nombres a esas nuevas profesiones, tal y como refleja el estudio New Renaissance Hotspots, desarrollado por el Institute of Arts and Ideas y Kjaer Global para Huawei y que habla de la generación de 1,1 millones de empleos en Europa en 2025 y 1,47 millones en 2030.

Entre los futuros puestos de trabajo que menciona este informe se encuentran los siguientes: programador educacional en inteligencia artificial; controlador de ética de datos y privacidad; abogado de robots; arquitecto de internet de las cosas; guías de viajes en el tiempo por realidad virtual; y especialistas en economía circular.

Asimismo, se mencionan otros dos que formarán parte del staff de los departamentos de Recursos Humanos: entrenador de objetivos personal y organizaciones, que ayudarán al personal y a la compañía a encontrar y definir sus propósitos. Y coordinador de bienestar, cuyo objetivo será, en último término, lograr un entorno de trabajo optimizado.

El futuro del mercado de trabajo también supone un gran reto desde el punto de vista de la formación. La Unión Europea ya trabaja con un programa de becas que permitirán a miles de estudiantes formarse en competencias digitales y en inteligencia artificial. Y ya existen en algunas universidades grados que están preparando a las primeras promociones que ejercerán empleos cuyas vacantes no se han creado aún en ninguna empresa.

Fuentes: PwC, Fondo Monetario Internacional, McKinsey & Company y Huawei

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